Entrevista a Vanessa Mañas, trabajadora de Caprabo y luchadora de CGT, que acaba de ganarle dos juicios a la empresa por un horario razonable para cuidar a su hija.

LI. Explícanos brevemente tu lucha en Caprabo y en qué situación estás ahora. ¿En qué te ayudó estar sindicada?

VM.- Mi lucha en Caprabo comienza por la defensa de la dignidad de las personas que tienen una situación personal como la mía; familias monoparentales que han de compaginar la vida laboral y la familiar. No sólo mujeres, también hombres, viudos, separados... que han de cuidar de sus hijos menores. Actualmente tengo ganados dos juicios a Caprabo y tengo un horario, acordado ante la jueza, de 9 a 16 horas de lunes a viernes y sábados de 7 a 12. Y lo más importante: hasta los 14 años, mejorando la nueva ley que cubre hasta los 12. Lo gané antes de que saliera la ley, lo que demuestra que mi lucha estaba bien encaminada. De entrada, estar sindicada en la CGT, me cerró puertas ante la empresa ya que se me llegó a negar cualquier solución aunque a otras personas, más cercanas a la empresa, sí se lo daban. A esposas o hermanas de jefes se les cambiaba hasta el contrato, sin problemas. La empresa me agredió con un traslado en el mismo acto de juicio como represalia. Sin embargo, el hecho de ser delegada de la CGT, sindicato discriminado y atacado por Caprabo por ser el más luchador en los últimos años, ha significado que, demostrada la discriminación personal y sindi empresa a una indemnización y a volver a mi tienda de origen.

LI.- ¿En qué condiciones trabajan tus compañeras? ¿Cuál es la situación de tus compañeros/as despedidos/as?

VM.- La situación en general de la plantilla es pésima porque la mayoría sindical de la UGT está acordando la Reforma Laboral en el día a día, aceptando más trabajo y menos sueldo. Pero en cuanto a quienes tienen mi misma problemática, un número importante acaba pidiendo la cuenta por ser imposible cuidar a sus hijos y trabajar, y quien trabaja, lo hace teniendo que sacrificar a familia, vecinos/as, amigos/ as del colegio, etc. Algunos delegados/as de la CGT, han sido despedidos por haber defendido siempre a los demás con honestidad y mucha firmeza. Hoy, están en la calle con más de 25 años de sindicalismo y la única salida que les ha quedado es organizarse en cooperativa para subsistir, ya que con edades superiores a los 40 años, el mundo laboral es muy complicado.

LI.-.¿Cómo se combina la lucha en la calle y en el centro de trabajo con la pelea en los juzgados? ¿Se puede prescindir de alguna de las dos instancias?

VM.- Lo principal es tener claro que defiendes algo justo. No fue fácil encontrar un abogado que quisiera defender algo que no se había planteado de esta manera. Pero yo tenía claro que el No ya lo tenía y la lucha era para ganar un Sí para mí y para todos/as los que tuvieran mi misma situación. No se puede prescindir de los dos ámbitos de lucha, me encanta trabajar con mis compañeras en la tienda. Yo soy una trabajadora que me hice sindicalista por defender a mis compañeras de la tienda en la que sigo trabajando y donde nací como delegada. Lo jurídico está en manos de abogados y jueces, pero si no estamos también en las puertas informando a las personas, clientes, trabajadores... el problema se queda en una sentencia. Lo que yo buscaba era un precedente y ahí está.

LI.- ¿Cómo le explicaste a tu hija lo que estaba pasando? ¿Qué aprendizaje te gustaría transmitirle?

VM.- Con toda naturalidad y con toda sinceridad. Ella misma preguntaba y entendía lo que pasaba. Suyas fueron dos frases que me dijo cuando le explicaba lo que íbamos a denunciar: «Mamá, ¿tendré que hacerme la cena yo sola?» o «Mama:, no te preocupes, me defenderé yo sola en la calle». Escribimos en las camisetas de apoyo estas frases porque el verdadero sujeto del derecho a un horario compatible es el niño o la niña. La denuncia la firmaba yo, pero era en su nombre y por sus derechos. Quisiera que mi hija captara, entendiera e hiciera suyas tres palabras que han definido esta lucha; dignidad, honradez y solidaridad.

LI.-¿Cómo fue la solidaridad en tu lucha? ¿Cómo se consigue y cómo se da?

VM.- Tengo que decir que gracias a que parte de la CGT, tanto de hostelería, como metal o enseñanza, así como el Secretariado Permanente de Catalunya, apoyaron los llamamientos que hicimos desde Hostelería, Comercio y Alimentación de Barcelona. También Pan y Rosas, Clase contra Clase o Lucha Internacionalista y personas anónimas y conocidas, ayudaron tanto en la solidaridad para conseguir el objetivo como en el ánimo que da sentirte respaldada en una lucha contra una empresa grande como Caprabo. Le llamamos «Apoyo Mutuo » y ojalá todos entendamos que este es el camino para conseguir conquistas para todos y todas.

LI.- ¿Qué necesita una madre trabajadora? ¿En qué consistiría la conciliación entre trabajo y familia? ¿A cuánto estamos de eso?

VM.- Que los empresarios y el capital tengan claro ya, que ser mujer, trabajadora y madre no es un crimen sino una realidad que hay que proteger por los derechos de los niños/ as a ser cuidados de manera integral. Los 14 años que acordamos ante la jueza, parecen una edad más razonable que los 12 a los que se ha limitado la ley. Para cualquier madre es importante poder dedicar el tiempo necesario para el aprendizaje y crecimiento de sus hijos/as. Además las familias monoparentales necesitan de un plus de atención por su dificultad de cubrir los horarios en solitario. Que miles de mujeres tengan que dejar su trabajo al ser madres, o que estén sufriendo discriminación por el hecho de serlo, demuestra que estamos a mucha distancia de una sociedad justa y respetuosa con los derechos de las madres, y sobre todo de los niños y niñas.