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BANKIA, RATO, ACEBES, PUJOL…

Corrupción e impunidad. Capitalismo y transición

Josep Lluis del Alcazar, 11 de noviembre de 2014




Escándalos de corrupción e impunidad son las dos caras de una moneda
con la que se despierta cada mañana un trabajador/a, mientras no
para de recibir lecciones de austeridad, tras las que se imponen golpes
terribles a las ya limitadas condiciones de trabajo, con las que la patronal
y el Gobierno le hacen pagar la crisis.

Con el asunto de las tarjetas opacas de Caja Madrid/Bankia todos los sectores
institucionales comprometidos en la transición están implicados: Rafael
Spottorno, ex jefe de la Casa del Rey con Juan Carlos I y consejero privado de
Felipe VI, pasando por altos cargos de la patronal, del PP, PSOE, de IU, de UGT
y CCOO. Este último caso también es significativo pues Rodolfo Benito era el
jefe de los Alternativos al oficialismo en CCOO. Pero no es este el único caso,
ahora con las cuentas B del PP de Bárcenas es Angel Acebes, quien fuera
secretario general del PP y ministro con Aznar en varios ministerios: justicia,
administraciones públicas e interior, quien aseguró en el 11 M que «El responsable
de este atentado es la banda terrorista ETA». El círculo se estrecha sobre
Rajoy y Aznar. ¡Y qué decir, del culebrón de la familia Pujol-Ferrusola!
Nadie puede creer que se tratan de casos aislados, sino que ha sido la forma
de vivir en las cercanías del poder político y económico del país. Un combinado
de capitalismo y transición monárquica. Escuchamos muchas voces sobre la
regeneración democrática, sobre leyes anticorrupción, como también de que
hay que regenerar un capitalismo regulado, libre de la especulación financiera,
sin excesos… pero lo que hay que entender es que cuando esos excesos son
tan generalizados no pueden ser el resultado accidental de algunos individuos
desalmados y egoístas, sino la evolución necesaria del capitalismo en una fase
de degeneración. Es el capitalismo el que genera esos egoístas corruptos,
porque los necesita para sobrevivir.

Un capitalismo que necesita generar rentabilidad del capital al precio que sea,
bajo formas más arriesgadas y especulativas para evitar la caída de la tasa de
beneficio, porque si no la rueda se detiene y se desploma. Y para ello precisa
subordinar estrechamente el poder a sus intereses, unas veces para que éste
deje hacer, otras para que gaste enormes sumas de dinero público al rescate
de sus operaciones fraudulentas. Es la lógica de un sistema que no se basa en
satisfacer las necesidades humanas sino en la explotación del trabajador para
obtener un máximo de plusvalía.

Pero la impunidad con la que han actuado empresarios y políticos estos años
es algo también asociado al régimen que vivimos, el de la llamada transición
monárquica del franquismo, algo que ha impregnado todas sus instituciones y
sus partidos. Este acuerdo, se estableció entre las instituciones del estado, las
organizaciones de la derecha franquista reformada como UCD-AP-PP, las de la
burguesía catalana CiU y vasca, y las organizaciones referentes para los trabajadores/
as PSOE, PCE/IU, CCOO y UGT. Y si decidieron entre todos tender
una tupida alfombra llamada pacto de la transición y Monarquía, para ocultar
cientos de miles de cadáveres, los crímenes del franquismo y de la transición,
¿alguien se iba a preocupar por unos pocos cientos de miles de euros de una
tarjeta opaca? La impunidad ha sido la dueña y señora de estos 40 años de
transición.

Acabar con esta corrupción y con esta impunidad requiere una lucha decidida
para acabar con el sistema capitalista y el régimen monárquico.

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