El 28 marzo en Madrid, y a partir del 7 de abril en el resto del estado, arrancaba la huelga indefinida de Movistar y las demás contratas, subcontratas y autónomos de Telefónica. Los y las trabajadoras exigen que finalice la situación de subcontratación y de falsos autónomos que les llevan a tener que poner el coche y las herramientas para hacer largas jornadas de trabajo por apenas 600 euros. Telefónica va renegociando a la baja cada año los contratos y en cadena provoca una caída del salario y del pago a autónomos. Cuando puso sobre la mesa el llamado «contrato de bucle», saltó la chispa del conflicto.

Los trabajadores reclaman una subida de los sueldos hasta los 2.008 euros brutos, que es el salario mínimo de los empleados directos de Telefónica, jornadas de ocho horas, que todos los autónomos que lo deseen se incorporen a la plantilla y que todo esto se incorpore en un nuevo convenio estatal. La huelga está convocada por AST, CGT y Co.Bas. Sólo cuando la huelga arrancó CC OO y UGT se han visto obligadas a convocar paros de 48 horas a la semana para evitar descolgarse y poder retomar ellos la negociación del conflicto. Pero los trabajadores/as en huelga rechazan la representación de CCOO y UGT y exigen negociar directamente. Funcionan en asambleas y comités elegidos. Es preciso dar todo el apoyo a la lucha de los trabajadores/as de las contratas de Telefónica. Ellos son un ejemplo más de cómo la patronal divide para imponer unos retrocesos que no tienen fin.

Hay que denunciar la complicidad y pasividad que las direcciones de CCOO y UGT han mantenido con estas patronales que ha permitido el deterioro creciente de las condiciones de trabajo sin apenas resistencia, y exigir que hoy no boicoteen la huelga y se subordinen a los trabajadores/ as en lucha. Un año atrás el primero de mayo venía marcado por la larga huelga de los trabajadores/ as de Panrico de Sta. Perpètua. UGT siempre estuvo contra la huelga, pero CCOO que copaba la dirección del comité de empresa de Sta. Perpètua, trabajó para aislarla y desgastarla, para evitar que esta huelga ejemplar pudiera cundir en otros conflictos. La dirección de CCOO traicionó la huelga, mientras la Generalitat de Catalunya que debía mediar, actuó en completa complicidad con la empresa a la que facilitó financiación con 8 millones de euros con los que completar los 158 trabajadores/as despedidas, Pero la lucha en Panrico continúa.

Necesitamos que una victoria anime a amplios sectores obreros a la lucha porque sin ella seguiremos retrocediendo.