La huelga de Panrico fue una de las más largas de la historia reciente, y los trabajadores/as tuvieron que luchar contra la manipulación de los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT, la propia empresa con sus artimañas para saltarse el derecho a la huelga y la complicidad de la Generalitat. Se ha cumplido un año desde el final de la huelga y en este tiempo hemos estado siguiendo los juicios pendientes, algunos retrasados, las denuncias en el Parlament, en Fiscalía, en la prensa, visitas a Felip Puig, el juicio contra Carlos Gila y un largo etc.

Las cosas nuevamente se mueven en las entrañas de Panrico. Salió la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, validando la legalidad de la huelga y favorable en sus términos a los trabajadores/ as, advirtiendo además que las actuaciones de la empresa podrían concurrir en vulneración del derecho de huelga, con una referencia directa a la sentencia dictada en la Audiencia Nacional en el ERE de Coca-Cola. Esta sentencia se puede encontrar en el Tribunal Supremo con el recurso ante el ERE, pendiente de resolución. Ante este contratiempo, el portavoz de la empresa el nefasto Carlos Gila, advierte en la prensa a los jueces de que una resolución favorable a los trabajadores/as podría amenazar el futuro de la fábrica y se vanagloria de -que por fin- ha conseguido hacer viable económicamente la empresa (claro a costa de las espaldas de los trabajadores/as).

Pero para la patronal no basta con el ERE y los cientos de despidos y la brutal rebaja salarial y sigue su plan de destrucción de puestos de trabajo y condiciones de trabajo. El 19 de mayo la empresa y UGT firman la externalización de la logística, con 87 nuevos despidos y un acuerdo de flexibilidad en el que la empresa impone todo tipo de medidas para que el trabajador/a tenga que hacer depender su vida a las necesidades de producción de la empresa sin coste añadido. Como señal de «buena voluntad» la empresa acepta recolocar en la producción a 35 de los 64 que «sobrarían» por la externalización de logística del resto de plantas y «recontratar» a 16 de los 23 despedidos en Sta.

Perpetua. Como ya habían avanzado el propio Felip Puig en reunión con trabajadores/as en el Parlament, los 16 puestos de trabajo que se incorporan en Sta. Perpetua son la cortina con la que quieren tapar la brutalidad de la empresa y la complicidad de la Generalitat.

¿Por qué UGT avala la externalización de logística y los despidos que acarrea? había que haber defendido con uñas y dientes todos los puestos de trabajo, también los de logística. ¿Por qué cuando en el preámbulo se reconoce que no hay acuerdo en ninguno de los puntos del convenio colectivo (salario, jornada…) le firma a la empresa la flexibilidad, que es lo que le interesa? ¿con qué cartas piensa seguir negociando el convenio? Ahora se demuestra que las cifras de despidos en el ERE no permitían siquiera mantener la producción.

¿Alguien se puede escandalizar cuando –como recogen los dos documentos- ha habido «amenazas y coacciones sufridas por parte de miembros de UGT» que obligan a sustituir alguno de sus miembros en la mesa negociadora? Si Enrique Lillo, jefe del Gabinete de abogados Interfederal de CCOO puso por escrito la posible recepción por parte de la dirección de CCOO de dinero de Panrico en plena huelga, a la par que denunciaba que había sido objeto de todo tipo de presiones y amenazas por parte de su sindicato, sin que nadie de CCOO lo desmintiera ni lo uno ni lo otro… y sigue siendo el máximo abogado de CCOO, ¿alguien puede imaginar con qué prebendas se están pagando los servicios de la UGT? La empresa -con el aval de UGT-, primero despide y luego con esa posición de fuerza recoloca, es decir, impone las nuevas condiciones al trabajador (salario y complementos) y, caso que quiera ser indemnizado le ofrece unas condiciones levemente mejores (25 días hasta un máximo de 14 mensualidades, en lugar de los 20 por 12 del ERE), a cambio de firmar el finiquito, es decir, de renunciar a todas las demandas pendientes contra la empresa.

Además la empresa no excluye ninguna posibilidad de vetar la reincorporación de determinados trabajadores/ as activos en la huelga.

Y mientras ¿qué hace CCOO presente en la mesa? Emite un comunicado, para lamentarse de que la empresa no ha querido negociar con ellos y que –aunque el acuerdo entre en vigor de inmediato- estudiarán qué hacer. Hay dos maneras que los pactos se apliquen: por activa, firmándolos, o por pasiva, dejando hacer.

Que nadie olvide que mientras los trabajadores/ as de Sta. Perpetua se preparaban para iniciar la huelga el 13 de octubre de 2014, los dirigentes de CCOO de la fábrica firmaban el 10 de octubre, a sus espaldas, un compromiso de paz social con Gila en persona. No olvidamos que la firma del ERE por 3 delegados de CCOO era cuando Sta. Perpetua llevaba más de un mes de huelga. No olvidamos las maniobras, el aislamiento de la lucha, la suspensión del juicio de marzo en la Audiencia Nacional, las presiones a Lillo… ¿o es que ya no nos acordamos?. Por eso no basta con rasgarse las vestiduras por lo mal que los trata la empresa.

Una cosa está clara: Panrico quiere una reducción permanente de las condiciones laborales, quiere imponer la esclavitud (como los de Movistar), y mientras estas direcciones sindicales mayoritarias sigan estando al frente de los comités de empresa, nuestros derechos están pendientes de un hilo.

Hay que organizarse para construir una alternativa.

Pero la lucha debe continuar porque siguen muchos frentes abiertos.

Los juicios disciplinarios contra trabajadores/ as en huelga se han ganado todos hasta el momento. La sentencia del TSJC es nuevo punto de apoyo en la lucha contra el ERE ,que está por resolverse. La denuncia por vulneración del derecho de huelga debe permitir recuperar parte de los salarios de la huelga, además de las sanciones que correspondan a la empresa. Gila debe responder por las injurias a los trabajadores/ as a quienes acusó de envenenadores de Donuts. La Generalitat debe responder ante el posible fraude por los 8 millones que entregó a la empresa que dirigen Gila y Joan Mas, y que sirvieron para pagar despidos… y lo más importante, las denuncias por despidos por represión sindical deben permitir ganar juicios como nulos y la consiguiente readmisión de los compañeros y compañeras.

Y que nadie se lleve a engaño, si finalmente empiezan a caer a favor de los trabajadores/as como debiera ser, sentencias y resoluciones, no se trata sólo del buen trabajo de los abogados/ as, sino que serán el resultado de los 8 largos meses de huelga que los trabajadores/as mantuvieron con mucho esfuerzo y sufrimiento, y el año posterior de resistencia y perseverancia en no dejar morir un conflicto que muchos quisieron parar y que sigue vivo, demostrando que la lucha sigue cueste lo que cueste, y que esa lucha, por méritos propios y pese a quien pese, hoy es una referencia en la historia del movimiento obrero. No hay otro camino, organizarse para seguir en la lucha.

Mari Torres, Carlos Rodríguez, Jacinto García, Agustín Cintas y Josep Lluís del Alcázar