Emociona el acto de inauguración de los jardines, i desde aquí las felicitaciones a los compañeros de Madrid que lo han hecho posible.

Leer el artículo de Mariano, recordando a la Yolanda de carne y hueso, la que conocí en algunas reuniones en Madrid y en las escuelas del PST cuando viajábamos desde Barcelona, es recordar el golpe al saber la noticia. Era alguien nuestro, un asesinato que tenía rostro, que transmitía sentimientos, fue brutal. Y desde aquí el homenaje a esa Yolanda, humana, entrañable y compañera con la que militábamos en un mismo partido.

Pero también leyendo el artículo, es cierto que hay otra Yolanda, la que nosotros mismos desde el PST convertimos en bandera, en símbolo de nuestra lucha. Dijimos:

"Yolanda era joven, era mujer, era vasca. Tenía tres razones fundamentales para luchar. (…) Todo eso lo englobó en una sola batalla: en la batalla por el socialismo, por la revolución, en la batalla por un partido revolucionario".

Eran las palabras de despedida de nuestro partido, entonces el Partido Socialista de los Trabajadores, a una compañera que el fascismo, con las cloacas del aparato de estado, nos había asesinado.

Y ese símbolo, que fue mucho más allá de nosotros mismos e hizo posibles las campañas por la investigación y el castigo, las de repatriación de Hellín, … hasta la actual contra su contratación en los cuerpos de seguridad del estado, se integró en otra más general contra los asesinatos de la Transición que muchos hicieron suya.

Igual que queremos recordar a aquella Yolanda humana que nos quitaron, así también queremos retomar aquella bandera que compartimos. Porque el momento tiene muchos paralelismos con aquella Transición que, junto a Yolanda y desde el PST combatimos. Porque no se había dado la ruptura democrática, y porque los grandes partidos de la izquierda de entonces encauzaban el proceso de la calle, obrero y popular, a la Constitución y las urnas alentando la ilusión de que con la reforma habría bastante o era todo lo que se podía hacer. Éramos pocos los que nos podíamos identificar con aquello que cantaba Lluís Llach de que “No era això, companys, no era això pel que varen morir tantes flors…” –No era esto, compañeros, no era esto por lo que murieron tantas flores-

Hoy, aquella Transición hace aguas y se plantea una nueva Transición. Y de nuevo, como entonces, se plantea el dilema de reforma o ruptura.

Nuestro homenaje a Yolanda, además del humano como compañera, es también el de que Yolanda sigue siendo, para Lucha Internacionalista, nuestra bandera. Porque hoy, igual que entonces, combatimos por aquella ruptura que no se dio y sigue pendiente.

Por eso decimos una vez más:

Yolanda, ¡hasta el socialismo, siempre!

Barcelona, 14 de junio 2015

Esther

Lucha Internacionalista