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LOS Y LAS NUEVAS ALCALDESAS DEL «BIEN COMÚN»

Josep Lluis del Alcazar, 10 de septiembre de 2015




El viernes se reunían en Barcelona los 8 alcaldes de Madrid, Zaragoza, Barcelona, Badalona, A Coruña, Santiago de Compostela, Iruña y Cádiz, a los 100 días de la toma de posesión, con el propósito de articular una red de municipios, ya bautizada con el nombre de ‘Ciudades por el Bien Común’. Las expectativas e ilusiones de cambio que han levantado estas candidaturas en sectores amplios de clases populares y los aires nuevos que soplan son indiscutibles.

Las municipales y las autonómicas han provocado una seria crisis en los viejos partidos que aguantaron la transición.

Difícil que haya un «bien común»... «aquello de lo que se benefician todos los ciudadanos » porque el bien de unos es el mal de los otros, porque lo quieran o no la sociedad está compuesta por clases en lucha permanente.

Por eso decimos que si no hay una política decidida de apoyarse en la movilización popular y avanzar en la ruptura con los viejos poderes, el estado y el capitalismo, la conciliación hace que sean los de siempre los que salgan perdiendo. Por eso sirvan algunos ejemplos de esos 100 días ya cumplidos en las alcaldías de Madrid y Barcelona.

Ada Colau y la telefonía

Ada Colau firmaba el 19 de mayo, antes de las elecciones, el compromiso de las escaleras con los trabajadores en lucha de MoviStar, comprometiéndose a «suspender, revertir y no renovar ninguna contratación pública de servicios con Movistar ni cualquier otra empresa que no garantice que todos los trabajadores (directos o subcontratados) que intervienen en la prestación de servicio o suministro tengan una jornada máxima de 40 horas semanales y dos días de descanso, y se les retribuya con un salario digno y se garantice el mismo salario por un mismo tipo de trabajo».

Telefónica tenía que renovar un contrato por un año con el Ayuntamiento de Barcelona por valor de 3’2 millones de euros y otro de 216.594 euros. El 19 de junio los trabajadores/as dejaban la huelga. El 17 de julio, incumpliendo el compromiso, Ada Colau firmaba el contrato con Telefónica de 1’6 millones euros, renovaba «sólo» por seis meses a la espera de ver que se mejoren las condiciones de los trabajadores/as.

Pero la compañía y las subcontratas no esperan los seis meses y empezaron despidiendo: 5 huelguistas en Abentel; la mayoría de los miembros del comité de empresa en ITETE; una decena en Comfica Barcelona y pide 400.000 euros de multa contra el comité por perjuicios económicos producidos por la huelga; han va ciado de trabajo de la plantilla de Cotronic Barcelona1. Siguen los contrato de falsos autónomos y a 30 de ellos que participaron en la huelga se le ha inhabilitado la tarjeta para acceder al centro de trabajo, es decir, despedidos2. ¿Puso al menos alguna cláusula el consistorio de Barcelona en Comú al menos para impedir despidos? Si lo puso es evidente que no se ha hecho efectiva.

Pero no es solo eso porque si hay empresas que no respectan los derechos de los trabajadores/as, buena parte está representada en el Mobile World Congress (MWC) que acaba de acordar con la alcaldesa alargar su presencia en Barcelona hasta 2023.

Carmena y la Banca

En junio, antes de tomar posesión, se reunió con José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, más tarde con los presidentes del BBVA y Banco Santander, Francisco González y Ana Botín. Según la nota el objetivo era agilizar la asignación de las residencias que forman parte del Fondo Social de Viviendas. Carmena definió el encuentro como «positivo» con «gran el afán de escucharnos».

Pero tras estos contactos al más alto nivel Manuela Carmena aparca todas su propuestas relacionadas con la banca. La creación de un Banco público que figuraba en lugar destacado del programa para reforzar la autonomía financiera municipal y «como herramienta de financiación de proyectos sociales y de empresas y cooperativas que fomenten la economía productiva», hoy nos dice «no es necesario».

A finales de 2014, la deuda de Madrid era de 5.936 millones de euros. El programa de Ahora Madrid establecía la auditoría de la deuda, su reestructuración y quitas, como Syriza. Está previsto el pago de 734 millones en 2015. El Ayuntamiento afirma que seguirá pagando la deuda y los plazos de amortización obligados, pues «si se han podido pagar, se van a seguir pagando ». Sobre posibles quitas de la misma la respuesta es «habrá que ver» y negociar con los acreedores.

Otro tema directamente relacionado con la banca son las viviendas. Efectivamente se paralizó la venta de 2.086 viviendas sociales a fondos de inversión, que el anterior Gobierno no llegó a materializar, aunque ve difícil revertir la venta de 1860 viviendas protegidas a otro fondo buitre. Pero por lo que se refiere a los grandes bancos estatales y los desahucios Carmena aclaró que en ningún momento quiere «interferir en la Justicia y que no puede alterar la ley, porque no es su competencia ». Tampoco está previsto «imponer tasas que penalicen la acumulación de vivienda con fines especulativos, en manos de grandes empresas, inmobiliarias y entidades financieras», como decía el programa de Ahora Madrid. La Oficina antideshaucios tiene como finalidad mediar antes de la judicialización y ofrecer vivienda social alternativa a las personas desahuciadas.

Ruptura o asistencialismo

Carmena se justifica en Europa Press: «El programa de Ahora Madrid se fue construyendo poco a poco, se incluyeron muchas sugerencias y cuando asumí la candidatura dije desde un primer momento que lo entendía (el programa) como un conjunto de sugerencias pero que no todas se podían entender como presupuestos de implicación programática activa». Y sigue «después habrá medidas que se llevarán a cabo o no porque lo importante es que se ajusten a los objetivos como igualdad, anticorrupción, transparencia».

Nadie duda de la presión que ejercen los poderes fácticos: Telefonica, Bankia, BBVA o Santander, La Caixa, Repsol… y que cuentan además con partidos políticos, leyes y medios de comunicación que les hacen el juego. Pero lo que no se puede es conciliar con sus intereses: o se está con los trabajadores/ as o se está con Telefónica, con las necesidades de los trabajadores/ as o con la banca, esta es la disyuntiva. Y eso es determinante, pues no hay posibilidad de abordar el problema del paro o la precariedad sin parar los pies a las grandes corporaciones, sin denunciar las reformas laborales y garantizar trabajo público, sin paralizar el pago de la deuda y tomar los recursos de la banca para ponerlos recursos al servicio de las urgentes necesidades de la población trabajadora.

El camino de la conciliación de que al final pondremos a todos de acuerdo, ha sido el emprendido por Tsipras y ha acabado aprobando contra el pueblo griego el memorándum más duro que ha existido.

Y no es casual que IU, IC/EuiA y Podemos, los pilares de Barcelona en Comú y Ahora Madrid apoyen la traición del Gobierno de Syriza. Si no se entra a fondo sobre los verdaderos problemas de los trabajadores/ as queda la política de gestos y el asistencialismo. Pero lo primero es un recorrido limitado y que pronto se agota (transparencia, limitación de sueldos, eliminación de lujos…) y lo segundo el asistencialismo, siempre es insuficiente, no acaba con la raíz del problema y más pronto que tarde se vuelve insostenible económicamente.

Es cierto que el paro, las leyes de extranjería o la vivienda, la escuela y sanidad pública no tienen solución sólo en el marco municipal, pero la obligación de un ayuntamiento comprometido con los trabajadores/ as debe al menos: 1) poner todos los medios para denunciar las leyes y políticas que lesionan los intereses de los trabajadores y apoyarse en la movilización contra ellas; 2) Apoyarse en la organización de vecinos y trabajadores/ as. 3) Remunicipalizar los servicios privatizados, 4) Un compromiso inexcusable de apoyo a las luchas de los trabajadores/as, 5) Creación de empleo público, 6) Poner los recursos públicos para defender los servicios públicos y paliar las consecuencias de la crisis capitalista.

Notas:

1 http://teleafonica.blogspot.com.es/

2 http://diaritreball.cat/els-efectesde- la-revolta-de-les-escales-castig u e n - a l s - m e s - d e b i l s - a m b - acomiadaments-i-represalies/

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