Urkullu, barajó incluso convocar las elecciones el 26J con el objetivo de evitar la reorganización de Bildu con Otegui. Y es que en las generales del 26J, Podemos-Ahal Dugu-IU-EQUO ganó en la comunidad autónoma vasca desbancando al PNV y el giro a la izquierda podría completarse con la mejoría de Bildu tras la vuelta de Otegui. Mención específica merecen los intentos de ilegalizar a Arnaldo que resolverá el TC el 9, 24h antes de empezar la campaña electoral, en aplicación de sentencias que se derivan de la antidemocrática Ley de Partidos. Rechazamos la Ley de Partidos y defendemos el derecho de Bildu de presentar a Otegui a lehendakari. Frente a ello, PP y PSE –como en la anterior legislatura- esperan ser los garantes de la estabilidad del PNV y si bien Urkullu no le ha hecho ascos a nadie, aceptar el apoyo del PP, le genera un costo que se agrava en el caso del último acuerdo PPC’s de eliminar los privilegios forales y el concierto. Y el PSE puede no ser suficiente para llegar a la lehendakaritza.

Las últimas encuestas dan Podemos segunda fuerza y a Bildu recuperando terreno, con lo que su suma se igualaria en parlamentarios a los del bloque PNVPSE. Habría la posibilidad de un gobierno Podemos-Bildu que permitiría avanzar en el derecho a la autodeterminación desde la izquierda, sin hacer pagar la crisis a los trabajadores. Pero eso implica hacer esa campaña para ganar a los indecisos a ese programa. Sería nuestra apuesta. Por eso discrepamos de la de la izquierda abertzale, de un «frente de país» con la burguesía vasca, reeditando el acuerdo de Nafarroa entre Geroa Bai-PNV, Bildu y Podemos, aunque pongan la exigencia de referéndum de autodeterminación en el centro. Pero sea como sea, está planteada la reapertura del frente vasco, que sumado al catalán, agravan la crisis del régimen monárquico.