El Gobierno Rajoy, un gobierno en minoría, prepara nuevas agresiones contra los trabajadores/as y los pueblos: presupuestos Generales del Estado con nuevos recortes, más privatizaciones y blindando las concesiones a empresas para impedir puedan volver a manos públicas; nuevo ataque a las pensiones con una nueva reforma del Pacto de Toledo; más reformas laborales, mientras paga las pérdidas de autopistas ... La misma política y el mismo partido el PP cubierto de fraude, escándalos de corrupción que no paran de comprometer además altos cargos (ya van 6 presidentes autonómicos) y ya llegan a pedir declarar al propio Rajoy.

El Gobierno del PP busca sacar rédito de la debilidad del resto de partidos parlamentarios. El PSOE que deshoja la margarita, Susana Pedro, Pedro Susana, pero marcado por la tendencia en toda Europa de que con el viejo aparato o con tintes de izquierda, los resultados de la socialdemocràcia están en una caída continuada. El último, el francés Benoît Hamon con el 6’4%, resultados muchos similares a los del PASOK griego, al de Irlanda o de Holanda. La caída se presenta inexorable y responde al abandono de su base social, mayoritariamente trabajadora después de la gestión de la crisis –desde el gobierno o la oposición- al servicio del gran capital y sin migas a repartir: el capital quiere el pan entero. Mientras, Podemos se debate en una permanente guerra interna.

Pero la dinámica parlamentaria no agota la posibilidad de parar Rajoy, la clave está en la calle, si se acaba la política de desmovilizaciones y se avanza en organizar la respuesta. El Gobierno es consciente de su debilidad y por eso se saca de la manga una «concesión», como son los miles de plazas de oposiciones para mirar de pasar todo el paquete de nuevos recortes y privatizaciones. El árbol no nos tiene que hacer perder de vista el bosque. Hay que parar los Presupuestos, como la reforma de las pensiones.

En Cataluña los presupuestos aprobados tampoco son los de ningún giro social: siguen el mismo patrón neoliberal de los anteriores de CiU. Y como ya hicimos público, como organización y unitariamente con otros muchos compañeros de la CUP-CC, deploramos el apoyo dado por esta para aprobarlos. También aquí la clave estaba en la movilización y sólo Enseñanza se plantó. Pero es cierto que es difícil construir la movilización a la contra de la mayoría de aparatos de la izquierda. Una dificultad que se vive en cada lucha donde hay que vencer: trabas institucionales –incluidas las resoluciones de la UE y las judiciales-, lógicamente empresariales, pero también... sindicales cuando no políticas «de izquierda» con buenas palabras.

Por eso, tan urgente como la voluntad de lucha, lo es la de construir un nuevo referente de la izquierda. La polarización social encuentra referentes de derechas como Le Pen o el propio Trump, pero a la izquierda, cuando la gente ahora la busca, no la encuentra. La reciente experiencia griega de Syriza ha vuelto a caer al mismo saco socialdemócrata que nada resuelve y acaba aplicando políticas de recortes y privatizaciones. Para no hablar del chavismo o el kirchnerismo al otro lado del Atlántico... Porque el problema no es qué versión de socialdemocracia se elige, si más televisiva, o más institucional, más a la derecha o a la izquierda, es que su espacio, el de regatear por las migajas ha desaparecido. Y se diga Podemos o Mélenchon con la Francia Insumisa, repiten hasta la saciedad las fórmulas de ayer del PSOE o el PSF, o más recientemente, Syriza: renegociar la deuda, reformar la UE... el mismo que también ha traído al hundimiento a los antiguos PCs, se digan IU, ICV o PCF. Y estas promesas, cuando atenaza el capital, giran a la aplicación de los que mandan.

Este vacío de alternativa a la izquierda, decanta la polarización a la derecha. Y esto no lo podemos permitir. Es urgente construir una alternativa fiable que encare el problema de fondo y la ruptura con el sistema: dejando de pagar la deuda pública, rompiendo con la UE...

Hoy, a cien años de la revolución rusa, cuando el capitalismo vuelve a hundir la mayoría en la miseria mientras concentra toda la riqueza cada vez en menos manos, nos hacen falta las mismas herramientas: movilización para pararlo y voluntad de construir una alternativa revolucionaria, por la izquierda. Queremos reivindicar aquella experiencia, y con todas las variantes que hacen falta, aprender para hoy y ahora:

Paremos el gobierno Rajoy:
¡Ni presupuestos, ni nuevas reformas laborales, ni reforma del Pacto de Toledo!
¡Construyamos juntos una alternativa revolucionaria!

1/5/17