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Automoción

Enfrentar los EREs

Diego Rejón, 26 de noviembre de 2008




Las continuas reformas laborales firmadas por los «agentes sociales» propician que la patronal pueda solicitar expedientes de despidos o suspensión de contratos por cualquier causa que se les ocurra (técnicas, organizativas, económicas, de mercado o de producción), obedeciendo a unos intereses particulares que no tienen en cuenta las consecuencias para los trabajadores, sus familias y la sociedad en general, de quienes se aprovechan y a quienes explotan.

Desde hace años, y con el aval de las mayorías sindicales, se han introducido en los convenios colectivos distintas formas de flexibilidad que han empeorado nuestras condiciones laborales, sociales y de relación familiar, siempre con el argumento de que esa flexibilidad garantizaba el empleo y evitaba los EREs. La situación actual nos da la razón a quienes venimos denunciando desde hace mucho tiempo que esa flexibilidad ni garantizaba el empleo ni ha evitado los EREs. Al contrario, la flexibilidad ha generado excedentes de plantillas y puede generar en el futuro más problemas a nosotros/ as y a nuestras familias.

La crisis es una situación coyuntural, por eso los trabajadores hemos de impedir que las empresas la aprovechen para empeorar unas condiciones laborales que quedarían para el futuro. Tampoco hemos de caer en el derrotismo de aceptar negociaciones de convenio a la baja o sus simples prórrogas, sin lucha ni acción sindical. Baste observar el caso de Alemania donde el sindicato IGMetall solicita una subida salarial del 8% en medio de esta «crisis».

Los inmensos beneficios obtenidos por las multinacionales en los últimos años, gracias precisamente a negociaciones a la baja y a la flexibilidad, deben pagar ahora su crisis de sobre-producción a la que hemos llegado por la gran mentira de la «competitividad». Las empresas y los capitalistas no compiten entre ellos, compiten contra nosotros, rebajando los salarios, echando a la gente al paro y empeorando nuestras condiciones.

La patronal del auto (ANFAC), culpable de esta crisis como el resto de los empresarios, no sólo pide ayudas del gobierno sino que criminaliza y despide a quien está enfermo (art. 52 d del E.T.), pide más flexibilidad y pretende que paguemos de nuevo las plantillas con despidos o expedientes de regulación. Precisamente los bajos salarios son una de las causas de la «crisis financiera», por tanto nunca pueden ser aceptados otra vez como solución.

Por ello la CGT del metal planteamos un cambio en esta situación. Las plantillas y, en especial, los jóvenes, no podemos resignarnos a un futuro de mucho trabajo, poco salario y menos vida personal. Todo lo contrario, hay que responder con energía. Debemos acabar con la resignación y el pasotismo, y por ello llamamos a enfrentarnos tanto a los EREs como a la aberración legal e histórica que significa la propuesta de Directiva europea de las 65 horas semanales. Si sobra producción y no hay trabajo, lo que hay que hacer es repartirlo: reducción del tiempo de trabajo a 35 horas semanales en el camino hacia las 32 como manera real y efectiva de luchar contra el desempleo y la inestabilidad económica.

Desde la CGT valoramos como verdaderamente triste, podríamos decir patético, que nadie, salvo CGT, hayamos manifestado claramente que a esto hay que ponerle freno. Mucho nos tememos que si no damos una respuesta desde el mundo sindical y social, muchas de las medidas propuestas por las patronales podrían ser aceptadas por el Gobierno y las consecuencias no tardarían en afectarnos a los trabajadores en general.

Por eso emplazamos también a los sindicatos mayoritarios a rechazar la actitud y las propuestas de la patronal del Auto y a luchar por una negociación colectiva sobre la base de propuestas como las que desde CGT hacemos públicamente. Por último, hacemos un llamamiento a movilizarnos tanto dentro de las empresas como en la calle.

La crisis parece que tendrá una evolución larga en el tiempo y los que dependemos de un sueldo hemos de manifestar claramente que estamos hartos de pagar siempre mientras los ricos se embolsan escandalosos beneficios. Participemos en las manifestaciones en solidaridad con las empresas amenazadas de EREs o de cierres, en la lucha contra las 65 horas semanales, en las manifestaciones que el próximo 29 de noviembre se celebrarán por ese motivo en varias ciudades y en aquellas que acciones que se planteen en cada empresa.

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