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La revolución del petróleo. 1873 Alcoi

Carlos Rodriguez, 16 de diciembre de 2023




La Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) o Primera Internacional fue una organización fundada en Londres en 1864 que agrupó inicialmente a los sindicalistas ingleses, anarquistas y socialistas franceses e italianos republicanos. Sus fines eran la organización política del proletariado en Europa y el resto del mundo, así como un foro para examinar problemas en común y proponer líneas de acción. Colaboraron en ella Karl Marx, Friedrich Engels y Mijaíl Bakunin

La revolución del petróleo fue una revuelta obrera de carácter libertario y sindicalista que tuvo lugar en Alcoy, en julio de 1873, durante la Primera República Española. Según el historiador Manuel Cerdá, se denominó revolució del petroli por haberse producido el incendio del Ayuntamiento y algunas casas colindantes.

En 1873 Alcoy era una de las pocas ciudades españolas que se habían industrializado. Un tercio de sus 30.000 habitantes, incluyendo mujeres y niños, trabajaba en la industria —5.500 en 175 empresas textiles y 2.500 en 74 industrias papeleras—. Sus condiciones de vida eran muy duras, como lo demostraba el hecho de que el 42 % de los niños morían en Alcoy antes de haber cumplido los cinco años. Esto explica en gran medida el extraordinario crecimiento que tuvo allí la Federación Regional Española de la Asociación Internacional de Trabajadores (FRE-AIT), que a finales de 1872 ya contaba con más de 2000 afiliados, casi la cuarta parte de los obreros de la ciudad.

El 9 de marzo una manifestación en la que participaron cerca de diez mil personas recorrió las calles de Alcoy y culminó en un mitin celebrado en la plaza de toros, en el que se aprobó por unanimidad pedir un aumento del salario y la disminución de las horas de trabajo.

El 7 de julio la Comisión convocó una asamblea de los obreros de la ciudad en la plaza de toros. Allí se acordó iniciar una huelga general al día siguiente para conseguir el aumento de los salarios en un 20 % y la reducción de la jornada laboral de 12 a 8 horas.

Efectivamente la huelga comenzó el día 8 y como comunicó por carta Severino Albarracín, miembro del Comité Federal, a la Federación de Valencia: estaban dispuestos «a vencer de cualquier manera y a recurrir a todos los medios disponibles, incluso a la fuerza si ello era posible».​ V. Fombuena, también miembro de la Comisión, se expresaba de la misma manera en una carta enviada a la sección de Buñol —«estamos hoy en una huelga general de obreros y obreras, que somos el número de 10.000, dispuestos a hacer frente a todo lo que se presente», escribía—, a cuyos miembros animaba a trabajar «en pro de nuestra causa sin descanso para llegar pronto al día de la Liquidación social».

El día 9 los fabricantes, reunidos en el Ayuntamiento, ​ rechazaron las reivindicaciones obreras por considerarlas exageradas, encontrando el apoyo del alcalde, el republicano federal Agustí Albors. Entonces los obreros exigieron la dimisión del alcalde y su sustitución por una junta revolucionaria —integrada por el Comité federal de la Internacional—.​ Cuando estaban reunidos en la plaza de la República —o plaza de San Agustín—​ delante del Ayuntamiento —esperando el resultado de la entrevista que estaban manteniendo Albors y los miembros de la Comisión, Albarracín y Fombuena—​ la guardia municipal por orden de Albors​ disparó contra ellos para que se disolvieran —causando un muerto y varios heridos.

El mismo día 10 la Comisión federal se hizo cargo de la corporación municipal, esta junta duro hasta el día 13 de julio, estableciéndose una especie de Junta llamada Comité de Salud Pública, presidida por los dirigentes internacionalistas de la comisión, entre ellos, Severino Albarracín. Esta corporación fue declarada revolucionaria y socialista internacionalista, independiente del gobierno. ​

Los trabajadores volvieron a hacerse dueños de la ciudad, lo que obligó a los fabricantes a ceder y subir los salarios, pero en cuanto las tropas volvieron se echaron atrás. ​ La burguesía de Alcoy, asustada por lo que había sucedido, descargó toda la responsabilidad en la actuación del alcalde Albors.

Tras los sucesos se desató una fuerte represión. Fueron detenidos entre 500 y 700 obreros y de ellos 282 acabaron siendo procesados. A principios de septiembre se presentó en Alcoy un juez instructor acompañado de 200 guardias civiles, que procedieron a detener a cientos de obreros, muchos de los cuales fueron conducidos a Alicante. ​ En 1876 una amnistía sacó de la cárcel a bastantes de los procesados, y en 1881 hubo una segunda amnistía. En 1887 fueron absueltos los últimos veinte procesados, seis de los cuales todavía estaban en prisión, catorce años después de los hechos. «La justicia pudo esclarecer los hechos, pero no pudo identificar de manera fehaciente a los culpables»

Existe varias versiones sobre estos hechos, pero lo que no podemos olvidar es que fue un hecho histórico del movimiento obrero que luchaba por mejorar sus condiciones de trabajo y de vida, era primordial cambiar las condiciones de trabajo no solo las doce horas de trabajo sino el trabajo infantil.

Recomiendo también acudir al texto escrito por Engels sobre estos acontecimientos bajo el titulo Los bakuninistas en acción. Memoria sobre el levantamiento en España en el verano de 1873, en este texto se es crítico con la actuación del movimiento libertario en estos acontecimientos.

Carlos Rodríguez (País Valencià)

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