Boris Kagarlitsky, intelectual socialista ruso, fue arrestado y enviado a 1000 km de Moscú para evitar protestas. Le acusaron de justificar el terrorismo por un mensaje en el que analizaba el ataque ucraniano en el puente de Crimea del 8 de octubre de 2022 y llamó guerra a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, en lugar de llamarle operación especial, como promueve el régimen de Putin. Una vez más, la burguesía demostraba que no necesita argumento alguno para poner en marcha la máquina represiva contra la crítica. Por último, salió en libertad condicional tras pagar una multa de 6160 euros y pudo participar de entrevistas y reuniones internacionales donde exponía la difícil situación de las clases populares en Rusia y las contradicciones internas del régimen ruso, principalmente entre la burocracia y el Kremlin.

Kagarlitsky ya había sido preso político en la URSS en los años 1982 y 83 por oponerse con otros jóvenes socialistas a la burocracia y en los últimos años había sido arrestado varias veces por denunciar la reforma constitucional o el fraude electoral. De hecho, en 2022 fue tildado de agente extranjero por las autoridades rusas.

Poco después de ser liberado volvió a ser encarcelado, con una pena de 5 años de cárcel y ya ha sido trasladado de un centro de detención preventiva a una colonia penitenciaria, cuando todavía tiene vía de apelación a la sentencia. A pesar de las diferencias políticas que podamos tener, formamos parte de la campaña para exigir su liberación y la del resto de luchadoras contra el régimen de Putin.

¡Libertad por Kagarlitsky! ¡Libertad por las que luchan!

Isarn Pardes