Orcasitas es uno de tantos barrios
del estado español lleno de luchadores
antifranquistas. La única
diferencia con otros barrios era que
nuestro movimiento estaba muy
bien organizado: todo se decidía en
asambleas. «Igual que nadie ha trabajado
por ti para construir tu casa
o tu chabola nadie puede decidir por
ti» decía Arturo Pajuelo. Corría el año
1979 y Madrid era un hervidero de
luchas. Los estudiantes de enseñanza
media y de universidad teníamos
acorralado al gobierno de Adolfo
Suárez con la lucha contra el estatuto
de centros y la LAU de UCD, la
lucha contra el estatuto de los trabajadores
era masiva, la transición
pedía sacrificios a los grandes partidos:
el PCE y el PSOE corrían en
auxilio de la joven reforma democrática
como lo habían hecho muchas
veces. La unificación de las luchas
era el requisito imprescindible para
que la lucha siguiera hacia delante y
no se tragara la reforma política.

El día 13 de diciembre, una manifestación
convocada por CCOO
contra el estatuto de los trabajadores
se iba a encontrar con la convocada
por la coordinadora de estudiantes
contra el estatuto de centros
de UCD en la Ronda de Valencia
cerca de Embajadores, «Obreros
y estudiantes unidos adelante»
era el lema. La burocracia sindical
temía la unidad. Igual que en la lucha
barrial de Orcasitas mandaba
la democracia obrera, ocurría lo
mismo en la movilización estudiantil
y eso le daba pánico a los dirigentes
del PCE y a los burócratas de
CCOO. Así que pusieron un cordón
de orden para no dejar que las dos
manifestaciones se encontraran.
Apenas 100 metros de donde estaba
la manifestación obrera, la policía
nacional realizaba más de 140
disparos contra la manifestación
estudiantil y eran asesinados José
Luis Martínez y Emilio Montañez.

Tras disolver la manifestación estudiantil,
la policía nacional, en estado
ebrio, metía los dedos en los orificios
de bala que habían quedado
en un autobús puesto como barricada
y chapoteaba la sangre de los
asesinados: todavía recuerdo a
muchos obreros rompiendo y tirando
al suelo el carnet de CCOO como
protesta. A los dos meses mataban
a Yolanda González nuestra camarada
en el PST. Asesinaron a más
de 20 personas en el estado español
en el año 1980: le corría prisa al
nuevo régimen acabar con las luchas
para cerrar la transición y recurrió
a los pistoleros fascistas y a
los cuerpos de seguridad del estado.

A los reformistas también les urgía
cerrar las luchas para ir al asalto
de la poltrona, estas víctimas del
terrorismo fascista y de estado no
son conocidas por casi nadie: si alguien
pregunta por Arturo Pajuelo la
mayoría no sabe quién es.
Era el uno de mayo de 1980, la
lucha contra el estatuto de centros
docentes y la Ley de Autonomía
Universitaria había sido derrotada y
el PCE había traicionado la lucha
contra el estatuto de los trabajadores.
Arturo fue apuñalado el día de
la clase obrera.

Orcasitas estaba alborotada, la
Barreiros estaba en una de sus
muchas huelgas. El instituto de
enseñanza media no paraba de
hacer una huelga tras otra, todas
votadas en asambleas, y los vecinos
del barrio con Arturo a la cabeza
nos apoyaban. El barrio no paraba
de movilizarse para exigir pisos
nuevos pues en los que vivíamos
se habían agrietado y estaban
en peligro de caerse. Solo a base
de lucha conseguimos que el ministerio
nos diera una nueva vivienda:
esta lucha había comenzado en
el franquismo y terminaría en 1984
con un barrio nuevo.

Algo raro nos llamó la atención
esa mañana del uno de mayo: se
habían visto fascistas en Orcasitas
ondeando banderas con el aguilucho,
eso era muy extraño en nuestro
barrio. Habíamos quedado con
Arturo y varios vecinos del barrio
para ir a la mani de CCOO, íbamos
en el cortejo del PST. Arturo tenía
un bautizo y nos dejó en Atocha.
Nosotros seguimos hasta el final de
la mani y luego nos fuimos a la Casa
de Campo, como se hacía antes.
Allí nos informaron de que habían
apuñalado a tres personas cerca de
la manifestación de CCOO y que
estaban muy graves, solo se sabía
que llevaban pegatinas del PST.
Salimos corriendo de allí y en el taxi
al hospital oímos que Arturo Pajuelo,
Mecha y Carlos habían sido acribillados
a puñaladas. Arturo moría esa
misma noche y el barrio rápidamente
se paralizó, como todas las fábricas
de la zona. Arturo era el dirigente
de la Asociación de Vecinos de
Orcasitas, no militaba en el PST, trabajaba
en Construcciones Aeronáuticas,
era un luchador ejemplar, los
vecinos del barrio habíamos hecho
morder el polvo a la UCD. Arturo llevaba
mucho tiempo luchando por
los derechos de los trabajadores y,
empezando en Orcasitas, terminó
en la coordinadora de barrios en
remodelación que agrupaba a 35
barrios de Madrid.

A 31 años de tu asesinato no te
olvidamos Arturo, a tus asesinos ni
se les persiguió, los asesinados por
las bandas fascistas en este periodo
de la transición están olvidados; los
dirigentes del PSOE y del PCE estaban
más preocupados por cerrar la
transición que por exigir la investigación
y el castigo a los culpables.