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Consulta popular en Catalunya por la independencia

Casi 900.000 persones participan

Josep Lluis del Alcazar, 27 de abril de 2011




El pasado 10 de abril se cerraba
la ronda de consultes
populares sobre la independencia
con el referéndum –
entre otras localidades- en
Barcelona, en el que participaron
250.000 personas. En total,
en los diversas oleadas de
referéndums, unas 886.000
personas, algo más del 18%
del censo. Nadie puede minimizar
la importancia de la participación.
El voto sí a la independencia
sacó más del 92% de
los votos emitidos. La pregunta
era bastante confusa pues
mezclaba la declaración de
independencia con la defensa
de la Unión Europea como
marco político, un marco que
nosotros hemos rechazado
como Europa del Capital. En
todas partes los representantes
políticos de los partidos
institucionales bloquearon
cualquier debate sobre la
pregunta, un obstáculo evidente
para introducir un debate de
contenido social y económico
que animara a participar a
sectores de trabajadores/as
que es ven ahogados ahora
con la crisis del sistema
económico.

Pocos días antes, en la votación
anticipada el expresidente Jordi Pujol
y el actual, Artur Mas, anunciaban
el voto en «privado» a favor de la
independencia. Pero esta declaración
de intenciones no era sino el
contrapeso de la votación que CiU
preparaba cuatro días después –en
el aniversario de la proclamación de
la República catalana el 31- para
bloquear la proposición de Ley que
había presentado Solidaridad Catalana,
con el apoyo de ERC, para
tramitar una declaración de independencia
del Parlamento.

Nuestro objetivo es una Federación
de Repúblicas socialistas lo más
amplia posible, una Europa unida de
los trabajadores/as y de los pueblos.
Para nosotros la libertad de los pueblos
tiene que ir de la mano de la
lucha de los trabajadores/as para
acabar con la explotación capitalista
y poder pasar a controlar des de
sus organismos de democracia
obrera la producción y distribución
de la riqueza. En consecuencia
nuestra posición no es
independentista sino internacionalista.
Es decir, creemos que el futuro
de los pueblos no es la creación
de más estados, sino una unión libre
de pueblos, pero para llegar
hace falta que los pueblos se liberen
de la opresión de que han sido
objeto a lo largo de los siglos.

D e f e n d e m o s
incuestionablemente el derecho de
los pueblos a la autodeterminación,
y este derecho es incompatible con
la Monarquía centralista. El pueblo
catalán necesariamente debe romper
con la Monarquía, también es
una necesidad de los otros pueblos
del estado, y no sólo del pueblo
vasco, también de los obreros/as
de Madrid. Es por este motivo que
defendemos la proclamación de una
república Catalana y votaríamos por
la separación si la situación se da
en el marco de la Monarquía, bajo
la cual es imposible recomponer
una relación de igualdad entre los
pueblos y naciones que viven en el
estado, relación que queremos.

Pero no hay que confundirse entre
aliados y enemigos de los pueblos.
La burguesía catalana está
representada por CiU y esta es
heredera de la Liga Catalana de
Francesc Cambó. Utiliza el «regionalismo
», ahora «autonomismo»,
para pedir una parte más grande
del pastel, el «peix al cova», siempre
dispuesto a hacer «un ejercicio
responsable de estado» por apoyar
al gobierno de turno, aunque
este aplique una política centralista.
Y, llegado el momento, como
hizo Cambó, no dudarán en preferir
el bolsillo a la nación, si el movimiento
obrero levanta el vuelo. Por
eso es por lo que las
escenificaciones de Pujol o Mas,
como las de Laporta, no tienen que
impresionar a nadie: la burguesía
catalana es antes burguesía que
catalana.

El problema que ha reflejado la
consulta no es el número de participantes,
una cifra muy elevada,
sino las dificultades en las zonas
mayoritariamente obreras, y este
es el aspecto cualitativo determinante
para hacer posible el derecho
a la autodeterminación. Una
gran mayoría de trabajadores/as se
siente alejada del problema nacional,
incluso una parte es hostil, y
este es el lugar de formación de
candidaturas neolerrouxistas como
‘Ciutadans’ o del crecimiento del
propio PP, que utilizan el rechazo a
la dura situación que viven y la falta
de perspectiva, para enfrentarla
contra «los catalanes», como otro
sector lo hace contra los
inmigrantes, a través de Plataforma
Por Catalunya.

Esta situación no es «obvia»,
pues con una composición de origen
similar, la mayoría sindical al
Pais Vasco está en ELA y LAB, dos
sindicatos que se declaran por el
derecho a la autodeterminación y
la independencia. Los responsables
de la situación en Catalunya son los
grandes partidos de la izquierda
(desde el PSUC a IC/EUiA y el PSC)
así como la política de CCOO y UGT.

Ellos han ido creando un distanciamiento
entre la lucha obrera y la
lucha como pueblo y en este distanciamiento
han hecho el mayor
servicio a la Monarquía. No hay otro
camino que cambiar esta situación.
El trabajador/a necesita hacer suya
la lucha por la libertad de los pueblos,
porque de lo contrario será
instrumento y reforzará un nacionalismo
más poderoso, el gran-nacionalismo
español, que es a la vez
el instrumento de las clases dominantes
por imponer los intereses
burgueses a través
del poder del
estado. O conseguimos
aunar la
lucha de los trabajadores/
as con la
de los pueblos, o
difícilmente los
unos y los otros se
liberarán.

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