Desde hace años la Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI), en el marco del movimiento del BDS, exige la suspensión de la participación del Estado de Israel en el festival televisivo de Eurovisión, denunciando la complicidad del concurso -y de los estados que participan- con el estado sionista, al encubrir la política de apartheid y de limpieza étnica que éste perpetúa contra toda la población Palestina. Este año se sumaban a esta exigencia organizaciones como Queers in Palestine o el Sindicato de Periodistas Palestinos, además de decenas de artistas de Suecia, Islandia y Finlandia, apoyándose en la denuncia que Sudáfrica presentó contra Israel por el genocidio que está cometiendo en la Franja de Gaza y que, desde el pasado 7 de octubre, deja ya más de 33000 personas asesinadas y casi 2 millones de desplazadas.

Sin embargo, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) ha decidido mantener al Estado de Israel en la competición, alegando que éste es un evento “apolítico”. Ignorando esta petición se muestra una vez más la doble moral de las instituciones internacionales, que en 2022 no dudaron en expulsar a Rusia del concurso tras la invasión a Ucrania, pero que hoy antepone los intereses imperialistas a los derechos humanos permitiendo participar a un estado genocida que desde hace casi 76 años asesina al pueblo palestino y lo expulsa de sus tierras.

Desde que adoptó la estrategia de la "Marca Israel" en 2005, el estado de Israel instrumentaliza los derechos del colectivo LGBT. Utiliza nuestros símbolos y nuestra lucha en su campaña de propaganda para justificar, con un discurso racista y deshumanizante, la ocupación colonial de Palestina, el apartheid y el genocidio. Israel se erige como un oasis LGBT en la región, como la única democracia en el oriente medio, mientras señala a palestinos y al resto de países árabes como sociedades retrógradas, machistas y LGBTfóbicas. Así Eurovisión -que ha atraído durante décadas el interés y el apoyo de la comunidad LGBT- es el escenario perfecto para su propaganda.

Sabemos que los gobiernos y las instituciones europeas siguen proporcionando armas, financiación y apoyo político al estado de Israel; ahora la UER, permitiendo su participación en Eurovisión, no solo se hace cómplice del blanqueo del genocidio sino que contribuye al pinkwashing (lavado rosa) del régimen de apartheid israelí.
En los últimos meses hemos visto a soldados israelíes ondeando la bandera del arcoíris sobre las ruinas de las casas palestinas bombardeadas. Dicen llevar liberación sexual y de género a Gaza, pero niegan la existencia de personas queer palestinas y masacran a todo un pueblo bajo la bandera de la libertad. Nuestra identidad y nuestra lucha no pueden ser utilizadas para justificar un genocidio; no hay liberación sexual y de género en la ocupación y en el colonialismo.
Por eso desde Lucha Internacionalista participamos de las campañas impulsadas por la PACBI y por organizaciones LGBT que hacen un llamado a la acción para organizar un boicot activo a Eurovisión. Nos hacemos eco del manifiesto de Queers Coalition for Palestine -una plataforma internacionalista de organizaciones LGBT- que concluye diciendo “Como colectivos queer de Palestina y de todo el mundo, nos negamos a que el régimen de apartheid colonialista de Israel instrumentalice nuestras identidades. Nuestro orgullo reside en nuestras luchas colectivas por el fin de la colonización, la ocupación y el genocidio en todas partes. Nuestro orgullo está en el movimiento por la liberación de todes nosotres. ¡Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá!”

Cris Darriba