El 14 de mayo hubo en las calles de Barcelona una gran
manifestación -más de 100.000 personas- en defensa de
los servicios públicos y contra los recortes del Gobierno
de la Generalitat. La respuesta masiva reflejaba el sentimiento
profundo que va calando de que sanidad y educación
públicas son líneas rojas que han costado mucho
conseguir y que no se puede permitir que nos las quiten.

La manifestación era también el resultado de un movimiento
que se extiende por abajo. En los hospitales, también en la
enseñanza pública, aunque con ritmos diferentes. Si la manifestación
del 14 de abril (ver LI 110) tuvo por componente más
significativa a trabajadores/as de la sanidad y en menor medida
a los de educación, en esta del 14 de mayo la presencia del
sector de la enseñanza (maestros y muchas familias) fue muy
notable. A lo largo de estas semanas precedentes y posteriores
al 14 un número importante de localidades hacían movilizaciones
contra los recortes en la enseñanza. La diferencia de ritmos
entre sectores es consecuencia del ritmo de recortes que aplican
las consejerías respectivas, así como también de la poca
voluntad movilizadora de los grandes sindicados para ir a un
frente común para pararlas.

En sanidad los recortes de personal y cierres de plantas hospitalarias
y quirófanos se empezaron a producir casi inmediatamente
y provocaron el rápido surgimiento de movimientos de
respuesta. En la enseñanza se han bloqueado «preventivamente»
todas las nuevas construcciones y reducido los gastos de funcionamiento
de los centros un 25%, que sumadas a las de los
últimos cursos acercan al 50% la caída de recursos en los últimos
tres años, pero todavía se espera el grueso de los recortes
que se han de aplicar para septiembre, con una fuerte reducción
de plantillas.

Sin embargo, las consecuencias de la primera movilización
no se hicieron esperar e inmediatamente después, y ante las
elecciones del 22 de mayo, se frenaba una parte del paquete
de reducciones en los hospitales. También se suavizaba en la
enseñanza, pasando de un anuncio de recorte de 5000 puestos
de trabajo y sólo cubrir el 30% de las jubilaciones previstas,
a anunciar que no habrá gente de la que actualmente trabaja
que se quede en la calle y se repondrán hasta el 50% de las
jubilaciones.

Ante el segundo plan de choque

La maniobra del Gobierno de la Generalitat era
dejar el choque fuerte para después de las elecciones.
Sus planes tienen mucha profundidad. No es
casual que al frente de la Consejería de Sanidad se
ponga al gerente de la patronal de hospitales. Ve la
oportunidad de absorber desde las clínicas y hospitales
privados, vía mutuas, una parte importante de
aquellos pacientes que, producto de los recortes
públicos, prefieran pagarse operaciones o tratamientos
sin pasar por interminables listas de espera. No
hará falta esperar mucho para ver que una parte de
las camas o quirófanos cerrados sean subcontratados
a clínicas privadas... o que se aumenten los conciertos
con centros privados y aumente el peso del capital
privado en los públicos.

Un plan similar se está intentando aplicar en la enseñanza
y tenemos ejemplos concretos: hemos visto
primero la presión de las familias en Navàs para que
aceptaran matricular sus hijos en el instituto concertado
con tal de no construir el público comprometido,
que ha chocado con un rechazo frontal. Por el contrario,
en Castelldefels, un P3 que obligaba a forzar
tres clases en una escuela pública de doble línea acababa
yendo a una escuela concertada.
Pasadas las elecciones, sanidad y educación esperan
el segundo plan de choque. El problema de los
ritmos por sectores puede volver a jugarnos una mala
pasada, el Gobierno lo sabe y cuenta con el tiempo a
su favor. La presentación de cifras concretas de reducción
de plantillas en enseñanza está a punto de salir,
pero el curso se acaba y cada vez es más difícil la movilización.

También en sanidad se deben presentar los
planes de recorte que fueron frenados el mes de abril.
Todo esto se debe concretar en unos presupuestos de
la Generalitat que serán discutidos este mes de junio. Y
es clave avanzar en la coordinación de las luchas en
defensa de la Enseñanza y de la Sanidad Públicas.
En sanidad hace falta reactivar la lucha en todos los
centros y su coordinación, más allá de los acuerdos o
desacuerdos de los sindicatos. Sería urgente constituir
plataformas abiertas, como la que se constituye
alrededor del Hospital de Viladecans, por todas partes
y coordinarlas, para no estar siempre a la espera de lo
que las cúpulas de CCOO y UGT decidan.

Son muchas las localidades dónde se han organizado
concentraciones en defensa de la enseñanza
pública. Estas próximas semanas continuarán. Hará
falta establecer mecanismos de coordinación con la
lucha de la sanidad, hará falta participar de las
movilizaciones convocadas centralmente y potenciar
movimientos como «Catalunya se mueve» que nacen
desde la base, que unifiquen a nivel municipal a
profesorado, familias y a veces AAVV y otras entidades.
En enseñanza es muy importante discutir a partir
de ahora el empezar el próximo curso con una
huelga el primer día de clase.

Josep Lluís del Alcázar.

Delegado enseñanza pública