El primer lugar, donde nace el dinero ficticio es en los Bancos Centrales, y especialmente en el de EEUU (Reserva Federal, FED). En el número anterior (LI 81) explicamos el fraude de la emisión descontrolada de dólares, por la importancia del dólar como moneda de reserva mundial que exporta la inflación al resto del mundo, y los beneficios quedan para los emisores.

El segundo lugar de donde sale el dinero ficticio es el crédito bancario. Si ahorramos 100 euros y los ponemos en el banco, en la Zona Euro el banco tiene la obligación de guardar un 2% y puede prestar o invertir el resto (////// http:linko.es4M ). Si presta 98 euros y quienes los toman los gastan en un comercio que vuelve a ingresarlos en el banco, el banco puede volver a prestar todo menos el 2%... De este modo no es extraordinario que se multiplique el dinero inicial por 50. Es el denominado “dinero bancario”.

El tercer lugar donde nace el dinero ficticio es en las compañías multinacionales que se han vuelto capaces de conseguir emitir deuda que otros compran o aceptan directamente como dinero, por un valor muy superior a sus activos (solares, edificios, máquinas...) en base a la expectativa de futuros beneficios. Esta deuda equivale a crear dinero de la nada y se puede denominar “dinero financiero”. Las expectativas de beneficios pueden cumplirse o defraudarse total o parcialmente en el futuro. La mitad de este dinero financiero se crea en dólares. Hace décadas que el dinero financiero ha crecido a ritmos que doblan el crecimiento de la riqueza real.

La FED de EEUU, los Bancos Centrales, el resto de bancos y las multinacionales han ido sacándose dinero ficticio de la chistera, lo que les ha permitido comprar (o prestar para que compren otros) empresas y activos de capitalistas locales o regionales, y desde los años 80 las privatizaciones les permiten comprar los activos y los servicios públicos (que en los antes estados obreros del “socialismo real” eran todos los medios de producción). Cuando el chorro de dinero ficticio se dirige a un determinado sector de un país, los precios se disparan, como ha ocurrido con la vivienda en el estado español, y los pisos pasan a considerarse bienes especulativos – que pueden comprarse y venderse varias veces al año – y no bienes para satisfacer necesidades humanas. La apropiación militar de los recursos o de los contratos de explotación de los recursos – como del petróleo iraquí – significa lo mismo que en los anteriores casos con mayor uso de la violencia. Ver////// http:linko.es4b