Artículos de actualidad de la UIT-CI




Artículos de actualidad sobre Ucrania



No hay liberación en el genocidio: llamamiento al boicot de Eurovisión.



Estás aqui : Portada » Temas » Sindical

Huelga en los jardines de infancia de Barcelona

Reflexiones sobre la lucha

Cristina Mas, Josep Lluis del Alcazar, 10 de junio de 2012




El 8, 9 y 10 de mayo las educadoras
de jardines de infancia de Barcelona
iban a la huelga contra el aumento
de niños por aula, el recorte de
plantillas y la externalización de tres
escuelas municipales (ver LI 115). La
asamblea había votado cuatro veces
la convocatoria de huelga. La propuesta
definitiva se votó después de
consultar a los centros y con la
respuesta positiva del 40% de la
plantilla. La mesa sindical (CCOO y
UGT) no quiso convocar la huelga
votada en la asamblea y esta escogió
su propio comité de huelga, al que
CGT apoyó. Con la oposición de los
sindicatos mayoritarios, la huelga
arrancó con algo menos de aquel
40% de apoyo, pero en los días de
huelga el seguimiento fue subiendo
de los 28 centros iniciales (de un
total de 92) hasta los 36, más algunas
educadoras/es en minoría en
otros centros. Más adelante la UGT
también anuncia su apoyo a la
huelga. La huelga removió la lucha
dentro del colectivo y tuvo un
impacto significativo en medios de
comunicación y en otros sectores de
trabajadores/as. Nos hacen falta
experiencias como ésta: la
autoorganización, la asamblea, los
comités elegidos. Estas son algunas
reflexiones que nos parecen útiles
para todo el mundo.

1.- Un balance muy positivo de una
huelga necesaria.

La valoración de la huelga es positiva.
Nadie puede negar que ahora la lucha de
los jardines de infancia está en un punto
superior y con más eco social y político,
con un espacio en los medios de comunicación
que no había conseguido antes.

Esta sensación se vivió en la concentración
convocada en Plaza St. Jaume para
cerrar los tres días de huelga, con una
energía renovada. Que la huelga podía dar
este salto cualitativo a la lucha es un debate
que la propia realidad ha superado.
Y si ha habido problemas, no se derivan
de la huelga en sí misma, sino del hecho
de que llegaba tarde y las condiciones para
convocarla ya se estaban pudriendo.
El colectivo de trabajadoras/es había
hecho todo lo posible para hacer avanzar
la lucha: 25.000 firmas, un gran trabajo
de explicación a familias, con entidades y organizaciones, numerosas concentraciones,
presencia en los plenarios
de los distritos, mociones y
resoluciones diversas, argumentos
y más argumentos contra los recortes
y las externalizaciones, encierros...

Se había llegado a un punto
en el que todo esto, que había sido
imprescindible, no hacía moverse al
Ayuntamiento: llegaba el momento
de dar un paso adelante y ese era
la huelga. Las asambleas empezaron
a votar la huelga, que también
era la opción mayoritaria en una consulta
de formas de lucha que se hizo
al colectivo. Pero la propuesta no tomaba
forma, se fue posponiendo y
el desgaste empezaba a hacerse
notar; las concentraciones eran más
pequeñas y también lo eran las
asambleas. Y aquí la principal responsabilidad
era de la Mesa Sindical,
que es quien supuestamente
tenía que canalizar esta demanda de
lucha. Ni CCOO ni UGT se pusieron
al frente, dejando que la situación
empezara a pudrirse. A buen seguro
que en aquel momento, con un
colectivo más entero y con la disposición
a la lucha de las direcciones
sindicales, la huelga habría sido mucho
más contundente.

Finalmente, en la 4ª asamblea en
que se vota huelga, se crea una
comisión para hacer una propuesta.
Pero la concreción que sale de
esa comisión, una huelga indefinida
de dos horas diarias, recibe un 25%
de apoyo del colectivo. Un grupo
de educadoras/es intenta revertir el
desaliento
y vuelve
a pres
e n t a r
una nueva
propuesta
de
h u e l g a ,
esta vez
de tres
días, que
tiene el
apoyo del
40% en la
consulta
a los centros
y se
vota después
muy mayoritariamente en la
asamblea. La Mesa Sindical se niega
a aceptar la resolución de la
asamblea y a convocar la huelga,
pero la gente decide salir adelante,
eligiendo comité de huelga. Es evidente
que la decisión de la Mesa
Sindical tiene un coste en la división
del colectivo y en un sector,
que se echa atrás. No obstante,
salir adelante era la única manera
de recomponer la situación y superar
aquella frustración vivida tres
semanas antes. El comité de huelga
tenía una gran responsabilidad.

La CGT se puso a disposición del
comité. La huelga empieza ya con
una concentración al anochecer el
día anterior y continúa con tres días
de gran actividad.

2. Algunas claves de la
huelga.]]

Una huelga no se deslegitima por
arrancar desde una minoría. Este
fue el argumento de CCOO y UGT
para no apoyar, por mucho que se
había votado muy mayoritariamente
en las asambleas. Pero ¿cuántas
de las últimas huelgas convocadas
por estas direcciones han tenido una
garantía de apoyo mayoritario? Ninguna.
Es más, ¿cuando les ha interesado
a CCOO y UGT someter a
consulta sus convocatorias de huelga?
La asamblea que tomaba la decisión
de convocar la huelga, una
vez conocido el apoyo que tenía en
el colectivo, es mucho más significativa
que la mayoría de las reuniones
en que las direcciones sindicales
deciden sus convocatorias. La
misma huelga del 22 en la enseñanza
pública se impulsó sin ningún tipo
de consulta previa, y tuvo apoyo de
todos los sindicatos, en la medida
que respondía a un ataque muy grave
de la administración.

Referéndums versus asambleas,
¿quien toma la decisión?

La huelga tenía un apoyo del 40%
del colectivo en el referéndum, pero
casi de un 70% en la asamblea.
¿De quien dependía la decisión? Este
debate surgió hace poco con mucha
virulencia en la frustrada huelga
de TMB. Una asamblea mayoritaria
votaba la huelga, pero después el comité de empresa de metro optaba
por un referéndum para pasar un
pre-acuerdo. Nuestra respuesta es
clara: se puede consultar lo que haga
falta, pero los acuerdos se toman en
las asambleas. La asamblea es más
que un recuento de votos, es el espacio
abierto a todo el mundo donde
se escucha, se valora y finalmente
se decide.

El trabajo de las familias más
implicadas en la lucha fue esencial
para fortalecer la lucha y también la
huelga. La dirección de la FAPAC
mandó una carta a las AMPAs de
los jardines de infancia afectados
desautorizando de mala manera la
huelga, como si fuera la decisión de
cuatro alocados radicales. Una carta
que tenía como destinatarios
más los propios educadores/as que
las familias y, con todo tipo de detalles
(y algunas falsedades), reproducía
los argumentos de la Mesa
Sindical para no convocar la huelga.

La respuesta del colectivo de
AMPAs cuestionando la posición de
la FAPAC y el hecho de que no habían
sido consultadas, fue clave.
Pero todavía hubo más. A dos días
del inicio de la huelga, el colectivo
de AMPAs organiza una fiesta
reivindicativa que reúne a más de
un millar de madres/padres, niños/
as, educadoras/es y entidades vecinales.
En la fiesta se dio la palabra
a quien quiso usarla. Lo hicieron
educadoras, madres, miembros
del comité de huelga... La comisión
de madres decidió dar el dinero
recaudado en la fiesta y el material
editado restante al comité.
¡Todo un revulsivo!

Abrir y no cerrar. La huelga
arrancaba con la sensación de que
el vaso estaba medio lleno, pero
lejos de aislar al sector que la secundaba,
o de abocarse a un enfrentamiento
estéril con los sindicatos
que no apoyaban, la decisión
del comité de huelga fue trabajar
desde el primer momento para demostrar
la importancia de la huelga
y abrir siempre la puerta al resto del
colectivo, incluida la mesa sindical.
La asamblea que se hizo durante
la huelga se convocó a una hora
en que podía participar también
quien no la secundaba, y se hicieron
movilizaciones todas las tardes,
abiertas a todo el colectivo y a las
familias. De forma que el vaso se
fue llenando por la propia dinámica
de la huelga. La misma actitud respecto
a los dos sindicatos de Mesa
ayudó a que UGT acabara sumándose,
cosa que no hizo CCOO. A
la vez hubo un llamamiento explícito
desde la asamblea a todo el colectivo
a unirse a la huelga, aunque
fuera el último día, cosa que
lejos de desincentivar a quienes habían
decidido hacer los tres días de
huelga, actuó como motor de extensión,
con voluntad de reunificar
al colectivo.

Una huelga activa. No se trataba
de esperar a la manifestación
del mediodía y ya está. El primer
día se hizo un llamamiento al resto
de trabajadores/as del Ayuntamiento
que sufren los mismos problemas.
Algunos compañeros/as de
metro, autobuses, servicios sociales
y parques y jardines estuvieron
presentes, a pesar de que faltó
tiempo para organizarlo bien. El segundo
día la denuncia se centró en
las externalizaciones y en el barrio
de Gràcia donde hay dos de las
tres escuelas que quieren privatizar
la gestión; primero un debate, después una manifestación que recibió
el apoyo de la FAVB y de entidades
del barrio de Gràcia. El tercero
coincidía en un día de lucha de
la enseñanza pública contra los recortes.
Reuniones de zona de
maestras y profesores/as de secundaria
habían enviado comunicados
de apoyo a la huelga. En las reuniones
de preparación de la huelga general
de educación del 22 se comentaba:
la huelga de los jardines
de infancia era un ejemplo a seguir.

La caja de resistencia. El debate
sobre cómo organizar una caja de
resistencia, a pesar de que todavía
no se ha cerrado, tiene que servir
para fortalecer la solidaridad entre
los compañeros y compañeras que
han hecho huelga, o entre estos y
quienes han sido afectados por unos
servicios mínimos del todo abusivos.
Recuperar este debate en las huelgas
es imprescindible en una situación
en que se deterioran las condiciones
de vida de los trabajadores/
as y que demanda un incremento
en la contundencia de la forma de
lucha.

3.- Continuidad y
organización.

La huelga fue un éxito, ahora hay
que ver cómo se puede seguir. Habrá
que ver cómo se puede elaborar
un plan de lucha para ahora y
para el inicio del curso próximo, continuando
los caminos abiertos, de
implicación con las familias, más ahora
que ellas van a tener también problemas
añadidos con los aumentos
de cuotas; con los movimientos vecinales
en la lucha por la defensa
de la educación pública; con los trabajadores/
as del Ayuntamiento unificando
luchas; con el resto de escuelas
municipales de Cataluña que
sufren los mismos problemas; con
el resto de la enseñanza pública contra los recortes.
Hay un largo camino
para unir y trabar complicidades,
porque es desde
la unidad que la movilización
toma fuerza.

También hace falta
más organización.
No
se puede volver simplemente
a la situación anterior.
Debería ser con la
voluntad de fortalecer la
posición ante el Ayuntamiento
que la Mesa sindical
integrara una representación
directa de la
asamblea, cosa que de
hecho ya se había votado.
Más todavía después
de una huelga en la que
un sector significativo del
colectivo no contó con el
apoyo del sindicalismo
mayoritario. Pero las
asambleas no se pueden
mantener permanentemente
en situaciones en
que, de manera normal,
baja la movilización, porque
la atención no es ilimitada.

Hay que organizarse
sindical y políticamente,
porque no se puede
prescindir de estas formas
de organización. Sea
para enderezar a los sindicatos
si pensamos que
no van por el buen camino,
sea para construir alternativas,
hay que hacer
un llamamiento a educadoras/
es a la afiliación sindical.

Y, más allá, sabemos
que, después de los
rescates de la banca, el
próximo curso continuarán
los recortes y el
desmantelamiento del
modelo, profundizando la
privatización, en un marco
general de duros ataques
contra los derechos
de los trabajadores. Hace
falta una lucha global, que
tiene sobre todo una dimensión
política, superando
el ámbito en que
está directamente afectado
cada cual, para
construir una alternativa
de lucha.

Ir a la versión en catalán