El pasado sábado 6 de abril las CAV,
la Trobada de Nou Barris, la Gent de
Gramenet y la Alternativa d’Esquerres
de Cornellà, convocaban un encuentro
con la voluntad de contribuir a fortalecer
los vínculos y la colaboración
entre diferentes luchas y colectivos.
Más de 180 personas inscritas participaron,
procedentes de muchas experiencias
de lucha municipal, pero
también otras entidades preocupadas
por temas sectoriales, como vivienda
o medio ambiente, o izquierda política
anticapitalista (Revolta, Lucha Internacionalista).

Los debates, ágiles y
muy organizados, recorrieron temas
como la lucha económica, los derechos
nacionales, la democracia, y
cómo seguir la coordinación. Se decidió,
y esto es muy importante, dar
continuidad al encuentro, fijando el 18
de mayo y empezar a concretar temas
en los cuales sea posible esta
confluencia.

Uno de los temas que salió en el debate
era el posible trabajo en común con la
CUP-AE, de hecho había compañeras/
os de varias CUP y otras que, sin serlo,
habíamos estado presentes un mes antes
en la asamblea nacional de la CUP en
Olot. Las CAV, junto con los otros
convocantes, tienen una presencia significativa
en el cinturón industrial de Barcelona,
lugar donde precisamente la CUP
tiene su mayor debilidad. En las últimas
elecciones se ha visto que los buenos de
resultados de la CUP en localidades como
Badía o Cerdanyola tienen mucho que ver
con el apoyo y la simpatía que han recibido
de las CAV correspondientes. La fuerza
de la componente «AE» en la CUP-AE
viene dada, más que por la aportación
que podemos dar En Lucha y Lucha Internacionalista,
porque expresaba la voluntad
de abrirse a una realidad
anticapitalista que puede no ser directamente
independentista. Este creemos
que es el espacio de las CAV, AE de
Cornellà, Trobada de 9 Barris o las organizaciones
de la izquierda revolucionaria.

Entre las CAV y la CUP pueden haber
diferencias programáticas en temas económicos
o políticos, como también las tenemos
nosotras/os con unas y otras, pero
todas/os sabemos que lo que más los separa
es la identificación con el
independentismo. Es evidente que un
acuerdo se tiene que hacer sobre posiciones
firmes para que sea duradero, y
también que no tiene que suponer renuncias
para nadie. El acuerdo evidente tiene
que ser el respeto al derecho de autodeterminación
del pueblo catalán, ya que
esta lucha permite un camino, probablemente
más largo de lo que muchos creen.
Dicho acuerdo de frente común tiene que
permitir que la CUP siga luchando por la
independencia, o que quien no se sienta
independentista siga pudiéndolo decir.
Esta ha sido una lucha desde hace años
desde Lucha Internacionalista y otras/os
muchas/os compañeras/os que creen
que o construimos una alternativa desde
la izquierda seriamente comprometida
con la defensa de los derechos nacionales
y anticapitalistas, o la crisis del sistema
que arrastra a la vez una fuerte deriva
centralista, acabará destrozando rápidamente
muchos años de lucha de trabajadoras/
es y pueblos.

Es urgente poner en contacto estas dos
realidades la de las CAV y más desde el
pasado sábado 6 y la de la CUP-AE, para
avanzar en la construcción de un referente
político. Un referente político (más
allá de una propuesta electoral) se tiene
que construir en la lucha. Los próximos
presupuestos de la Generalitat de
Catalunya tienen que permitir demostrar
que esta unidad es posible y necesaria.
Si CiU -con la ayuda de ERC o sin ellasale
adelante con el recorte de 3.500 o
4.000 millones, sufriremos un terrible retroceso
como pueblo y como clase trabajadora:
despidos, privatizaciones, recortes
en salud, educación y empobrecimiento
general. El recorte del que hablan es la
suma de los dos anteriores y solo hay que
ver cómo en otros países, como Grecia
o Portugal, provoca estragos en el conjunto
sus economías. Esta vez no podemos
fallar ya que es muy posible que a
esta expresión política se sumarán muchos
sindicalistas y movimientos sociales.