El 14 de Febrero el centro de
Barcelona se llenó con una de
las más grandes manifestaciones
de la enseñanza pública.
Entre 70 y 100.000 personas,
profesorado y estudiantes, y
también algunos padres y
madres exigieron la retirada de
las Bases de la Ley de Educación
de Catalunya, dijeron no a
la privatización de la enseñanza.

El Gobierno tripartito había intentado
por todos los medios hacer fracasar
la huelga utilizando a los directores/
as de centro, a quienes el
texto legislativo promete un fuerte
aumento de sueldo y de poder en
los centros; y también mediante una
campaña mediática de descrédito
del profesorado y de los sindicatos
como pocas veces se había hecho...
y cuando esto falló y a menos
de 24 horas de la huelga, sacando
un decreto abusivo del Departamento
de Trabajo que fijaba
unos servicios mínimos por sorpresa
que multiplicaba los que la misma
administración había pedido
desde el Departamento de Enseñanza.

Una nueva campaña mediática
acompañaba el decreto de mínimos,
para animar a padres y madres
a llevar sus hijos a las escuelas
para romper la huelga. Pero nada
sirvió, y el clamor de la enseñanza
pública resultó incuestionable.

Hasta aquí los adelantos. La reacción
de la Consejería no deja lugar
a dudas: primero falsifica los
números de la huelga, pues incluye
servicios mínimos y el profesorado
que está de baja dentro los que no
hacen huelga; después se niega a
recibir al comité de huelga y, con el apoyo del presidente Montilla, asegura
que no retirará las Bases.

Pero una vez más son las direcciones
sindicales mayoritarias las que
impiden que el movimiento que se
ha puesto en marcha llegue realmente
a derrotar la política del Gobierno.
Desde el primer momento, las
direcciones de USTEC, CCOO y UGT
se negaron a proponer un plan de
lucha, ni a hacer nada en periodo
electoral, con la excusa de que podría
“facilitar el triunfo del PP”, supeditando
la lucha a no perjudicar a los
partidos del Gobierno, ¡como si la
responsabilidad de hacer una política
contra la gente no fuera del Sr.
Maragall y el tripartit!. Ya mucho antes
del 14F, USTEC hablaba de una
próxima huelga para el mes de Abril.

Sólo CGT propuso que hacía falta un
plan de lucha, y tras la huelga del
14, una continuidad con manifestación
de la comunidad educativa el 2
y huelga el 6 de marzo. Pero se
mantiene la unidad del Comité de
Huelga... para no hacer nada.

Esta tregua que empieza el día después
del 14F permite que la
Consejería, con las direcciones de
CCOO y UGT, empiece a maniobrar
para recuperar la iniciativa: mientras
se habla de unidad en el comité de
huelga, CCOO y UGT piden reunión
de los firmantes del Pacto Nacional
por la Educación, excluyendo a la
mayoría del Comité de Huelga. Obviamente
la Consejería sí reúne el
Pacto y así el Pacto Nacional queda
como principal instrumento de negociación
con el Gobierno. ¡Qué trampa!
¡La huelga del 14 de febrero se
quiere canalizar por el Pacto Nacional!
Cuando, precisamente, la mayoría
de primaria había rechazado ampliamente la sexta hora del Pacto...

Pero también dentro de la tregua
la Consejería –que sí aprovecha
las jornadas, sean electorales
o no- convoca el último trámite de
las Bases: el Consejo Escolar de
Catalunya... ellos sí que aprovechan
el tiempo. Con estas dos maniobras
la Conse-jería ¡da por terminado el
documento de Bases! Ya no tiene
sentido –nos dicen ahora CCOO y
UGT que sí han participado en la
reunión del Pacto y en el Consejo
Escolar- seguir hablando de la retirada
de un documento que ya ha
cumplido su función... ahora hace
falta esperar a que salga el articulado
de la Ley. Ya Antes, CCOO había
insistido en que las leyes las hacen
los grupos parlamentarios y en
que para consensuar con la comunidad
educativa, el marco era el Pacto
Nacional de Educación, y en que
lo que nos queda es negociar cómo
quedarán las condiciones de trabajo.

Pero no es sólo la política de
CCOO y UGT, que mientras llaman
a la unidad sindical y reclaman con
la boca pequeña la reunión de la
Consejería con el Comité de Huelga,
están dispuestos a vertebrar
una negociación a través de la Comisión
de Seguimiento del Pacto
Nacional, y que antes están preocupados
en cómo quedarán sus partidos
de referencia en las elecciones
que de cómo quedará la escuela
pública en sus manos; es también
la política de la dirección de la
USTEC que podría determinar la situación
desde su posición privilegiada
de sindicato mayoritario haciendo
muy difíciles las maniobras de
CCOO y UGT si se pusiera al frente
de la movilización. Pero en vez de
hacerlo, va especulando sobre la situación
y, en nombre de la defensa
de la unidad, se pone al dictado de
CCOO y UGT, esperando no se sabe
muy bien el qué -quizás encontrar el
momento en que poder cargarles a
CCOO y UGT la culpa de la Ley que
salga-, pero participando como el
que más –pues es el mayoritario- en
la política de desmovilización.

Este es el panorama actual: un potencial
y una decisión de lucha de
todo el profesorado de la enseñanza
pública como pocas veces habíamos
visto y que ha permitido una huelga
histórica es desactivado con la dilación
y así se permite que ‘pase’ la
política del Gobierno. ¡Qué vergüenza!
¡Eso sí, se mantiene la unidad sindical.
La unidad sindical es un instrumento,
muy valioso ciertamente,
pero no absoluto. La unidad debe
servir para impulsar la lucha, no para
frenarla, no para justificar la desmovilización.

Si no es para impulsar la
lucha, hace falta avanzar con quien
verdaderamente está por poner por
delante los intereses de la enseñanza
pública. Todos y cada uno de los
sindicatos aseguraron que cuando
proponían la huelga del 14 no estaban
haciendo una simple protesta
para después negociar y firmar sin
escuchar a la gente. Así lo afirmaron
en las declaraciones públicas del
día de la huelga. La LEC es una cosa
de serias consecuencias. Todos y
cada unos de los sindicatos aseguraron
que habría continuidad en la
lucha en la rueda de prensa de hace
una semana y que habría nuevas convocatorias
de huelga. Hoy, ya ha pasado
un mes y nada de esto se ha
cumplido. A partir del momento en
que el profesorado hace huelga y en
consecuencia hace suya la lucha y
le harán los descuentos, la lucha es
de la gente. Y no dar continuidad es
tomarles el pelo.

Hace falta reclamar desde todos
los centros a todos los sindicatos:
¡Cumplíd el compromiso de continuidad,
fijad ya el calendario de lucha!
Y si la unidad de los 5 sindicatos hoy
sólo se puede mantener alrededor
de no hacer nada, hace falta exigir
la unidad de los que estén por respetar
la voluntad del profesorado
expresada el 14F, para hacer una
nueva convocatoria y presentar un
plan a los centros.