El pasado 4 de octubre se celebró en el Tribunal Supremo la vista por el recurso contra la sentencia de la Audiencia Nacional sobre el caso de la Operación Lago que, a pesar de que reconocía que nunca hubo arma alguna, ni química ni de otro tipo –es decir, que, como sabíamos, el Dixan era Dixan- condenaba a 5 de los 6 compañeros imputados a 13 años de cárcel.

Como ha sido habitual durante los 6 años transcurridos desde que Aznar creara el Comando Dixan, una delegación de la Plataforma ‘Aturem la Guerra’ de Girona –con compañeras de LI y de CGT de Madrid y una diputada de ERC- estaban en Madrid, pero por primera vez no estuvieron dentro de la Sala a pesar de que se trataba de una vista pública. Los policías que custodiaban el Tribunal Supremo nos retuvieron – diputada incluida- en el hall del edificio y no nos dejaron acceder a la entrada de la Sala hasta que el tiempo para entrar a la vista pública se había agotado.

Quizás este castigo suplementario guarda relación con el hecho de que la gente de la Plataforma viajó a Madrid con el autobús de los compañeros que ese día declaraban en la Audiencia Nacional –a menos de cien metros- por el asunto de las fotos del rey, y de que participaran en la concentración de protesta secuestrada por la policía nacional en la plaza de Colón –justo ante la contraconcentración fascista-. No parece irrelevante que antes de entrar al Supremo tuviéramos que quitarnos, por orden del presidente de la Sala, no las camisetas exigiendo la absolución del Comando Dixan, sino- los adhesivos de la campaña “yo también quemo la corona española”.