El jueves 19 de marzo la asamblea
de conductores/as en
huelga rechazó la propuesta de
la empresa por tramposa y
votó por práctica unanimidad
la convocatoria de una huelga
indefinida a partir del 15 de
abril. El supuesto descanso de
dos días que ofrece TMB
significaría “aumentar su
jornada diaria en 41 minutos”,
les obligaría a trabajar 10 días
seguidos, se quedarían sin 13
descansos en fin de semana
que ya tienen y perderían 200
euros al mes, al convertirse
parte de las actuales horas
extra obligatorias en horas
ordinarias (ver http://
comitedescansos.blogspot.com/).

La patronal se ha enrocado y comienza
a preparar la contra-ofensiva
con el apoyo de las direcciones
sindicales de CCOO, UGT y SIT.
Ahora, CCOO y UGT quieren aprovechar
estos días para debilitar la
respuesta del 15 y hablan de convocar
un referéndum para cuestionar
las asambleas. Resulta paradójico
que unos sindicatos que no acatan
las decisiones de las asambleas
y que tampoco acataron la decisión
de su propio referéndum en el convenio,
intenten presentarse como
los campeones de la democracia.

Cuando las direcciones burocráticas
pueden, que es casi siempre, negocian
sin consultar a nadie. El objetivo
del referéndum no es otro que
dividir y enfrentar a los trabajadores,
debilitar la huelga y permitir una
nueva campaña mediática de la
dirección de TMB y del Ayuntamiento
para desacreditar la lucha
de los conductores/as; y a poco
bien que les pueda salir, la maniobra
del referéndum prepara un aumento
de la represión patronal y
policial. Ésta es la responsabilidad
que toman en sus manos las direcciones
burocráticas.

La clave del éxito de la huelga
indefinida no está en los efectos
materiales y económicos de la huelga
sino en su impacto social, y para
lograrlo es fundamental la capacidad
de extensión a otros sectores.
Comenzando por los sectores
más próximos, con el metro que
también es de TMB y es el otro
pilar básico del transporte de la
ciudad, y donde CGT es el sindicato
mayoritario. La CGT ha
anunciado que todo el transporte
será llamado a la huelga si hay
despidos de conductores. Está
bien, pero con cerca de 50 expedientes
y varias denuncias policiales
¿no sería necesario buscar un paro,
aunque fuese parcial, coincidente
con los primeros días de huelga indefinida?
Creemos que sí, que
como mínimo habría que intentarlo.
Los trabajadores/as de Metro comienzan
la negociación de convenio, el
sector de trabajadores de Señales y
Comunicación han hecho ya varias
jornadas de huelga reclamando la
reclasificación. La confluencia,
aunque fuese en
un paro parcial, entre
metro y autobuses sería
posiblemente determinante
para el desenlace
del conflicto.

El resto de transportes
de la ciudad con
Ferrocarriles de la
Generalitat y las líneas
de cercanías Renfe
tendrían que ser también
objetivos prioritarios
de la extensión,
con medidas de apoyo
a la huelga de conduc-tores.
También los trabajadores/as del
Ayuntamiento de Barcelona comienzan
negocia-ción de convenio
y tienen enfrente a la misma
patronal. Los estu-diantes de la
Universidad siguen la lucha contra
el plan de Bolonia y ya los días
5 y 6 marchaban por las calles
de Barcelona. Hacer confluir las
luchas es el camino.

El objetivo patronal no es tanto
no aceptar los dos días, que
probablemente la empresa esté
dispuesta a pactar en el próximo
convenio, sino que quieren
escarmentar a los trabajadores/
as por salirse del marco establecido
por los sindicatos
burocráticos y en particular descabezar
la dirección de CGT y
ACTUB. En el resultado de la lucha
de los conductores/as de
TMB nos jugamos todos y todas
mucho: romper la política
desmovilizadora de las direcciones
sindicales de CCOO y
UGT que comportan permanentes
retrocesos de las
condiciones laborales, recuperar
la conciencia de que juntos
tenemos la fuerza, recuperar la
capacidad de decisión de los
trabajadores en las asambleas,
recuperar la democracia obrera y
fortalecer una organización
alternativa sindical. Para los
conductores/as el centro de la
lucha continúan siendo los dos
días, aunque la retirada de todos
los expedientes debe ser
condición para llegar a un acuerdo
con la empresa. Pero el centro de
la solidaridad debe ser la defensa
de los compañeros y la denuncia
de la represión policial y
empresarial contra los trabajadores/
as. Por ello es precisa una
respuesta masiva de solidaridad con
el envío de comunicados de apoyo,
antes del inicio de la huelga
indefinida.