Artículos de actualidad de la UIT-CI




Artículos de actualidad sobre Ucrania



No hay liberación en el genocidio: llamamiento al boicot de Eurovisión.



Estás aqui : Portada » Temas » Política

Saura y el borbón: la extraña pareja

Sílvia Rispau i Mercader, 1ro de noviembre de 2007




La LOU, el Informe Bricall, el Código Penal, la Ley Antiterrorista, la Ley de extranjería, ETT’s... he participado en decenas de manifestaciones distintas en que se quemaba simbólicamente todo eso y otras cosas que no recuerdo. No había oído a la izquierda parlamentaria poner el grito en el cielo hablando de condenables actos violentos y bárbaros... y nunca había tenido que concentrarme, por ello, ante la Audiencia Nacional. Desde la visita del Rey a Girona –invitado a la vez por la rectora convergente de la UdG para inaugurar el privatizador parque tecnológico y por la patronal FOEG - el pasado 13 de septiembre, no descansan.

Y es que la corona –el titular de la cual, para más inri, es jurídicamente irresponsable- tiene una protección penal especial (el capítulo II del título XXI del Código Penal: “Delitos Contra la Corona”) que implica dos cosas. Una, que no juzga esos casos un tribunal normal sino uno de excepción –la Audiencia Nacional, ex Tribunal de Orden Público. Y dos, que las penas se agravan -en este caso las injurias que imputa la AN al asunto de la quema pueden comportar penas de dos años de cárcel o multas millonarias. Y es que, como ponía en claro la convocatoria fascista del 4 de octubre en la calle Génova de Madrid: “no estamos aquí por el rey sino por la unidad de España”, es decir, se trata de proteger a la monarquía porque es la garantía última del Estado, de la indisoluble unidad de España que Franco dejó “atada y bien atada”. Cuanto más se tambalee esa “unidad”, más relevante va a ser la corona.

Como en el tema del Jueves, la panda de jueces estrella de la Audiencia Nacional ha corrido a socorrer a la tan injuriada corona. Pero esta vez la monarquía ha encontrado en los mossos d’esquadra –léase ICV-EUiA- a sus escuderos mejor dispuestos –es irónico que mientras los mossos d’esquadra se esforzaban en Girona para identificar quemadores de fotos, la encargada de hacerlo en Molins de Rei, la policía nacional, contestase al requerimiento de la AN que no podían identificar a ninguna de las personas que quemaron fotos (a cara descubierta).

Y es que en su carrera por demostrar que son una coalición de orden, Saura y Boada no solo han colaborado de buen grado con el viejo TOP -que algunos de sus militantes conocieron- para defender la monarquía, sino que han aprovechado para avanzar en su guerra policial particular contra los movimientos sociales. El día de la primera de las concentraciones de protesta después de que la Audiencia Nacional abriese diligencias por la quema de fotos, los antidisturbios de los mossos d’esquadra ocuparon Girona literalmente, hasta entonces nadie se había atrevido, como lo hacía ICV-EUiA al dictado de los periódicos más rancios de la derecha española y de la emisora del obispado, a desplegar tan desproporcionadamente la policía, nadie antes se había atrevido a utilizar el miedo tan descaradamente.

Su ecosocialista política es la de los desalojos masivos –muchas veces mucho más allá, incluso, de su legalidad- de casas okupadas, los secuestros de manifestaciones -kubotán en mano- o montajes como el de Núria Pòrtulas, que pasó cuatro meses encarcelada gratuitamente bajo la ley antiterrorista. Ahora han aprovechado que el TOP les pedía carnaza para seleccionar las víctimas a su conveniencia. Entre las decenas y decenas de personas que quemaron fotos han decidido castigar, por ahora, a una veintena de destacados militantes de las organizaciones de la izquierda independentista y de los movimientos sociales -la guinda del pastel ha sido imputar al hermano de Núria Pórtulas, una de las caras públicas de la asamblea por su libertad. Han disimulado tan poco, que han citado a los imputados llamándolos directamente a su móvil y escribiendo sin complejos en los atestados que les habían identificado porque son “conocidos de los actos y manifestaciones de la sociedad civil gerundense”.

Saura y Boada pueden seguir repitiendo porra en mano que quemar fotos del rey es hacerle el juego a la derecha. Quien les hace el juego son ellos, que desmovilizan y desmoralizan y que, por eso, se permiten el lujo de reprimir con una impunidad de la que nadie más ha disfrutado. Los lobos son lobos, pero los más peligrosos siempre han sido los que visten piel de oveja. Más nos vale ir construyendo algo a la izquierda de los de los antidisturbios.

Ir a la versión en catalán