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Declaración del Comité Central del PdAC sobre el resultado electoral (sección italiana de la LIT-ci)

Italia tras las elecciones

PdAC, 20 de mayo de 2008




La izquierda gubernamental desaparece. La izquierda anticapitalista perdió una ocasión histórica de crecer a partir de la crisis del reformismo
porque se presentó dividida por culpa del sectarismo del PCL1 y de Sinistra Crítica2. Partamos de las luchas para construir un partido comunista arraigado que todavía no existe.

1. Berlusconi recibe el
legado de Prodi para golpear
a los trabajadores

Ha ganado uno de los dos polos
empresariales y el nuevo gobierno
aplicará por lo tanto uno de los dos
programas fotocopiados. La única
diferencia entre el PD3 y PDL4 es
que Berlusconi no tiene en su haber
ningún lazo con la burocracia
sindical y la socialdemocracia, razón
por lo que la gran burguesía ha
apuntado hasta el final hacia el PD
de Veltroni.

Ahora la burguesía hará de la necesidad
virtud y se adaptará al nuevo
gobierno, esperando que no
haga demasiados daños (o sea que
los intereses de Berlusconi no obstaculicen
a los de las otras familias
capitalistas), esperando que el péndulo,
en la lógica de la alternancia
burguesa entre dos movimientos
símiles, se recoloque hacia Veltroni,
quien, mientras tanto, seguirá en la
construcción de su partido empresarial.

2. La debacle catastrófica y
estra-tegica de la
socialdemocracia

Desde hace dos años, decimos
que la izquierda gubernamental
(Refundación Comunista, Partido de
los Comunistas Italianos, etc.) ha
quebrado y está desapareciendo,
ya privada de raíces y militancia.
Ahora, también las urnas confirman
este pronósitico en el terreno electoral
y la confirmación es clamorosa.

PRC, PdCI, Verdi y SD retroceden
por debajo de cualquier mínimo
histórico y no tendrán ni diputados
ni senadores. ¡Ni siquiera uno!
Si la representación parlamentaria
no es el punto de apoyo para un
partido revolucionario, lo es, en
cambio, para los partidos que han
hecho del “oficialismo” su razón de
existir y que tienen aparatos
elefantescos que, de la noche a la
mañana, implosionarán.

Estamos frente a una debacle
política y estratégica sin precedentes.
Es la confirmación completa de
todo cuanto decíamos desde hace
años y de las razones de fondo que
inspiraron nuestra escisión, dos
años atrás, del PRC5 para impulsar
la construcción de un nuevo partido.
La socialdemocracia, o sea el
proyecto de gobernar con una parte
de la patronal, enjaulando las luchas,
ha fracasado por enésima vez
en la historia. Esta vez, con un golpe
gigantesco.

No está todavía claro cual será la
suerte de los grupos dirigentes del
Arcobaleno6: es probable que se
inicie una rendición de cuentas entre
las diversas burocracias, que
una parte (el ala de Bertinotti y
Giordano) seguirá en el proyecto de
disolución en una “casa común
socialista” que se candidatará a una
nueva estación de gobierno con el
Partido Democrático vetroniano, en
la próxima oscilación del péndulo de
alternancia; mientras otra parte
(Diliberto y Grassi, también de alguna
manera Ferrero) estará tentada
a mantener y relanzar
instrumentalmente los símbolos del
mundo del trabajo con fines electorales.
Por lo tanto, quedándose
al interior de un horizonte gubernamental
que vendrá justificado, también
la próxima vez, con la “exigencia
de batir a las derechas”.

3. Los trabajadores entre
dos fuegos patronales. Es
necesaria la oposición

Los trabajadores están sufriendo
las consecuencias del choque político
entre los polos burgueses. Golpeados
por unos y por otros, estafados
por las burocracias sindicales
y socialdemócratas que venden
sus intereses a cambio de una
media porción de lentejas. La primera
exigencia es, entonces, la de
partir de las luchas de oposición a
ambas formaciones burguesas, a
sus gobiernos nacionales y locales.
Una oposción fundada en la independencia
de clase de los trabajadores,
los desempleados, de todos
los explotados. Una lucha que empieza
mañana, en las calles, contra
la tercera reedición del gobierno
Berlusconi-Bossi-Fini, a quienes
la izquierda gubernamental ha asfaltado
la carretera, gobernando
con los empresarios y paralizando
a la oposición de clase.

4. Sinistra Crítica y el PCL
no dan respuesta a la crisis
del reformismo

Ahora más que nunca, la exigencia
imperiosa es construir un nuevo
partido comunista arraigado en
las luchas. Pero las dos fuerzas
electorales que, con compromisos
parlamentarios, se presentaron a la
izquierda del Arcobaleno en todas las circunscripciones, Sinistra Critica
y PCL, no han dado una respuesta.

Mejor dicho, se han revelado
como una parte del problema.
Han rechazado la presentación
conjunta, confiando en las firmas de
parlamentarios que han apoyado las
guerras. Y, después de haber demostrado
una autosuficiencia que
no tenían, se preocuparon de que
Alternativa Comunista no tuviera
demasiado espacio en la prensa y
la televisión (reivindicando una rígida
aplicación de las normas
antidemocráticas sobre la par
condicio). En vez de presentar un
programa alternativo al reformista,
Sinistra Critica parecía proponer el
viejo bertinotismo de la “fase
movimentista” (que abrió el camino
al acceso al gobierno), mientras el
PCL de Ferrando se limitó a utilizar
el símbolo de la hoz y el martillo,
presentado sobre un programa confuso,
ilusionándose con recoger un
rédito electoral con un ambiguo y
nostálgico reclamo del “comunismo”.

Han hecho sonar la fanfarria
durante todas estas semanas sin
echar cuentas con la realidad. Han
buscado presentarse como aquello
que no son (y que nadie es hoy en
Italia): o sea, como una organización
de gran tamaño con inserción
y millares de militantes.

Y después de tanta arrogancia
¿qué han obtenido? El PCL y SC han
obtenido un resultado cercano al
0,5%: incluso teniendo el símbolo
impreso en todas las papeletas, no
han recuperado más que las migas
de cuanto ha perdido el Arcobaleno
(cuyos votos fueron principalmente
a la abstención). Resultados ínfimos
frente al derrumbe histórico de la socialdemocracia
y la ocasión histórica
que ha determinado, y bien por
debajo de aquel 1% y pico que, de
una manera u otra, ambas fuerzas
se jactaron de tener.

Un resultado desastroso, aún
más por las ilusiones que habían
acunado: Ferrando, pocos días antes
de las elecciones declaró: “nosotros
seremos la verdadera sorpresa
de estas elecciones”. En vez de
aceptar un acuerdo electoral y continuar
enfrentándose con las otras
fuerzas a la izquierda del
Arcobaleno, sobre la claridad de los
programas (como nosotros nunca
dejamos de hacer, estando convencidos
de que la unidad se construye
en la claridad y en las delimitaciones
programáticas con el reformismo)
han alimentado ilusiones
de autosuficiencia que ahora se
vuelven contra ellos. Parecen grotescas
las declaraciones de
Ferrando en estas horas (“Somos
la fuerza más significativa a la izquierda
del Arcobaleno”) o su competición
con Sinistra Critica sobre el
hilo del 0,1 más o menos.

La batalla por la reconstrucción de
un partido comunista con influencia
de masas, para volver a darle a los
trabajadores el instrumento de lucha
que hoy falta, pasa, por lo tanto, también
por la derrota política de las posiciones
caracterizadas por oscilaciones,
oportunismo y sectarismo. Sobre
todo por la constatación de que
el trabajo de reconstrucción está
apenas en sus inicios y que cada
triunfalismo de pequeñas fuerzas,
como somos todos nosotros, está
de verdad fuera de lugar.

5.La batalla de Alternativa
Comunista

El PdAC participó en estas elecciones,
en primer lugar, para desarrollar
la propaganda sobre un programa
revolucionario. Nuestro partido
ha podido presentarse en pocos
distritos. No porque sea de talla
más pequeña que el PCL o SC
sino porque se negó, a diferencia
de aquellas fuerzas, a aceptar el
apoyo de parlamentarios que han
apoyado la guerra y los presupuestos
de Prodi. Fuimos los únicos que
tuvimos que recoger las firmas y no
pudimos utilizar los mismos espacios
electorales en los medios de
comunicación.

Por eso nuestro resultado electoral
no se puede evaluar a escala
nacional. Aunque, con cada evidencia,
si hubiéramos podido presentarnos,
hubiera sido análogo al del PCL
y SC, como demuestran los pocos
datos disponibles de las elecciones
municipales. Si las otras organizaciones
a la izquierda del Arcobaleno
hubieran aceptado unirse en un bloque
electoral, la unidad de las fuerzas
militantes y de los recursos habría
dado mucho más que la suma
de las tres siglas. Habría podido representar
en términos electorales, y
en la percepción de sectores más
amplios, una alternativa más creíble
a la crisis del reformismo.

No ha sido así. Pero la crisis en
picado y definitiva, que no tiene precedentes
históricos, de la socialdemocracia,
incluso en una situación
difícil para el movimiento obrero,
carga de nuevas e inéditas tareas
a todos los militantes que, estén
donde estén, quieran trabajar en un
proyecto de reconstrucción de una
izquierda de clase.

Alternativa Comunista continuará
luchando con esta perspectiva. Sin
sectarismos y reivindicando, al mismo
tiempo, la necesidad de la claridad
programática y de la delimitación
del reformismo, rechazando
todo compromiso y mezcolanza.
Tenemos que construir el partido
comunista revolucionario, internacionalista
y de militantes que hoy no
existe. Hacemos un llamamiento en
este sentido, en primer lugar, a los
miles de activistas de Refundación,
y del resto del Arcobaleno, que hoy
ven sus sacrificios y su militancia de
años dispersados por la elección
oportunista y suicida de los grupos
dirigentes de la izquierda gubernamental.

Como Alternativa Comunista nos
comprometemos en este camino,
invirtiendo los centenares de nuevos
contactos y relaciones, las fuerzas
militantes de jóvenes y obreros
de las que dispone nuestro pequeño
partido, que hemos
incrementado en esta campaña
electoral y que constituyen, para
nosotros, el más importante de
nuestros resultados en una situación
general muy difícil para los trabajadores
y la lucha de clases.

Invitamos a todos los compañeros
que han seguido nuestra campaña
electoral, que nos han escrito,
que por decenas de miles han
seguido nuestras publicaciones a
través de nuestra página web, que
han simpatizado con nosotros y que
han participado en nuestra campaña
propagandística en estas elecciones,
a unirse a nosotros en este
proyecto de lucha.

Notas

1 Partido Comunista de los Trabajadores
(organización de Ferrando y
Grisolia).

2 Izquierda Crítica (organización ligada
al Secretariado Unificado).

3 Partido Democrático
(partido de Veltroni, derrotado en las
elecciones).

4 Pueblo de la Libertad (partido de
Berlusconi).

5 Refundación Comunista

6 Arcoiris (la nueva organización que
reúne al PRC, PdCI, Verdi y SD).

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