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Pensiones y sindicatos

Adriana Beidenägl, Carlos Rodriguez, Andreu Pages, 17 de mayo de 2018




Los pensionistas, que llevan mucho tiempo participando en movilizaciones, por fin han conseguido que la pérdida de su poder adquisitivo tenga una gran repercusión mediática de forma que han obligado a los partidos parlamentarios, a los sindicatos mayoritarios y al gobierno a tomar posición.

El Pacto de Toledo, en el que participan CCOO y UGT, los partidos del régimen y la patronal, es el que ha permitido las reformas del sistema público de pensiones realizados por los gobiernos del PSOE y del PP y explica la falta de respuesta sindical a los ataques a los pensionistas. Por esta razón, la oposición a las reformas la han llevado a cabo asociaciones de vecinos y jubilados desde el inicio de 2013. Es en este momento que se crea la Marea Pensionista en Barcelona con el objetivo de luchar en defensa de las pensiones públicas, oponerse a los planes de pensiones privadas, revertir las reformas laborales y de pensiones, asegurar los suministras básicos, rechazar el copago sanitario y por un salario mínimo y unas pensiones superiores a 1.080 euros. Poco a poco, el movimiento de los pensionistas se ha ido extendiendo por Catalunya y al resto del Estado español y ha convocado en solitario, de forma regular, movilizaciones sin el apoyo de los sindicatos. Posteriormente, la Marea Pensionista ha potenciado la Coordinadora Estatal en Defensa de las Pensiones Públicas.

Pero, de repente, CCOO. Y UGT se han despertado y ¡han empezado a convocar movilizaciones en contra del incremento del 0,25% de las pensiones que aplica el gobierno desde 2013! ¿Qué ha pasado para que ahora se movilicen? Varios hechos han contribuido a ello: el primero que los pensionistas han perdido desde la aplicación de la reforma del 2013 un 7 % de poder adquisitivo y que ya están hartos. Han recibido, además, una carta de la Ministra de Trabajo que anuncia, eufórica, el incremento de las pensiones y sobre todo que las movilizaciones pensionistas se han masificado. Al igual que en las huelgas generales del 3 de octubre y del 8 de noviembre en Catalunya y la feminista del 8 de marzo, CCOO y UGT han visto que las movilizaciones se hacen sin ellos, pero también en contra de sus acuerdos con la patronal y con los diferentes gobiernos.

Las movilizaciones actuales no son solo contra el 0,25% sino contra el Pacto de Toledo, contra todas las reformas laborales y del sistema público de pensiones que han degradado las condiciones de vida de la clase trabajadora y de las clases populares. Es por eso, que CCOO y UGT se han movido y lo hacen para limitar la movilización a la lucha contra el incremento del 0,25 %. Ellos participan del Pacto de Toledo y no pueden permitir que los pensionistas lo pongan en cuestión. Los sindicatos mayoritarios son parte del problema y no de la solución.

Responsabilidad de los sindicatos mayoritarios

El gobierno de Felipe González hizo la primera reforma del sistema público de pensiones en 1985 con el acuerdo de la UGT y hubo una gran respuesta de los trabajadores en una huelga general convocada por CCOO y sindicatos de izquierda. La huelga general, no consiguió la retirada de la reforma, pero sí que las pensiones aumentaran de acuerdo con la inflación. A partir de este momento, las sucesivas reformas del sistema público de pensiones no han tenido una respuesta contundente de los sindicatos. En 1995, se creó el Pacto de Toledo, a iniciativa de CIU, con el que se volvían a reformar las pensiones con el acuerdo de los partidos parlamentarios (PSOE, PP, IU, PNV y CIU), el apoyo de los sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT) y la patronal CEOE. Este pacto ha permitido que los gobiernos de Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy continuaran las reformas aumentando el número de años necesarios para jubilarse, bajando la base reguladora de las pensiones y atrasando la edad de la jubilación. Estas reformas reducen el importe de las pensiones y las condicionas para acceder y, mediante un mensaje de miedo, lo que se quiere es potenciar los planes privados de pensiones y los planes de empresa, así como empujar a que los trabajadores se jubilen antes de la edad reglamentaria con una pensión más reducida.

Desde 1995, todas las reformas del sistema de pensiones han contado con el acuerdo de CCOO y UGT, excepto la última de 2013 del gobierno Rajoy. Con esta última reforma, los pensionistas han perdido desde ese año un 7 % de poder adquisitivo, pero los sindicatos mayoritarios han estado ausentes de las luchas.

Pero este año, el último incremento del 0,25 % de las pensiones ha significado un punto de inflexión en el malestar de los pensionistas y se han producido movilizaciones masivas en todo el estado. Los sindicatos han tenido que reaccionar para intentar dirigir las movilizaciones solo contra el aumento del 0,25 % de forma que no pongan en peligro el Pacto de Toledo.

Los sindicatos y los planes de pensiones privados

Los sindicatos mayoritarios participan en la gestión de los planes de pensiones de empresa y de las Administraciones públicas junto a entidades financieras. Por ejemplo, el Plan de Pensiones de la Administración General del Estado está gestionado por una Entidad Gestora que está participada por el BBVA, con un 70%, y por los sindicatos CCOO y UGT con un 15 % cada uno. Durante el periodo 2005 hasta el 2012, solo en comisiones, cada sindicato ha cobrado más de un millón y medio de euros 2 . El año 2016, las comisiones se elevaron a unos 3.000.000 euros, lo que significa que el BBVA se embolsó 2.100.000 euros y cada sindicato unos 445.000.


La participación sindical en las gestoras de planes de pensiones implica unos ingresos considerables y se hace difícil que los sindicatos entren a fondo en la lucha contra la política del gobierno de favorecer los planes privados o de empresa. Hay en juego mucho dinero. Los sindicatos mayoritarios están totalmente condicionados no solo por su política de colaboración de clase sino que, además, dependen del estado y de las administraciones para mantener su aparato burocrático y esto ha significado que algunos dirigentes se hayan visto salpicados por diversos escándalos como los de los ERES en Andalucía, las tarjetas Black en Caja Madrid o las ayudas a los mineros en Asturias.

Las últimas grandes movilizaciones, las luchas en sectores laborales, la fuerza cada vez más contundente de las reivindicaciones en la calle, cuestionan claramente la política traidora de CCOO y UGT. La presión de sus propias bases y del conjunto de los sectores en lucha les están señalando que, tal como han actuado hasta ahora, su papel de dirección del movimiento obrero se está poniendo en cuestión.

Adriana Beidenagl,
Carlos Rodríguez
y Andreu Pagès

Notas:
1 http://luchainternacionalista.org/spip.php?article3034
2 http://www.cgtaragon.org/la-privatizacion-de-pensiones-de
3 www.plandepensiones-age.es/public/dam/jcr:96099c4a-294a-455c-bf4a-824a3575342c/C_cuentas_2016.pdf

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