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CUP-PR: campaña de mínimos para un gran resultado

Lucha Internacionalista, 8 de enero de 2020




Después de estar a punto de ni discutirlo, y acabar haciéndolo con una votación muy ajustada, el 28/09/19 la CUP decidía participar en las elecciones. La petición de la discusión por parte de Lucha Internacionalista generó un descalabro. El Periódico del 19/09/ 19 reflejaba la situación: Poble Lliure estaba por reeditar el Front Republicà y Endavant, que defendía el boicot, ya estaba cómodo cuando la CUP afirmaba que ya tenía posición votada el 10/03/19 para no presentarse a las del 28A y que ninguna territorial pedía reabrir el debate.

La publicación de nuestro documento del 20/09/ 19 se retrasó a fin de que fuera a la vez que las otras dos posiciones, de Endavant y Poble Lliure. El documento de Lucha Internacionalista fue asumido, como el de Endavant, por diferentes Asambleas Territoriales, mientras que la posición de Poble Lliure se presentaba en un documento de diferentes Asambleas Locales. Este proceso tant acelerado y entorpecido, ¡acabaría con más de 244.000 votos y dos diputadas!

Las posiciones

La posición de Endavant-OSAN era la de emplazar "al conjunto de fuerzas independentistas y soberanistas de los Países Catalanes a articular un boicot electoral". Ya habían defendido esta posición ante las elecciones del 28A, donde profundizaban las razones a partir de considerar que estábamos ante "Un escenario de reasentamiento del estado: El régimen político ha superado y absorbido el auge electoral de 2015 de las fuerzas que se reclamaban partidarias de un cambio político en profundidad...la única alternativa que creemos que habría podido afrontar las elecciones del 28A desde una posición de ofensiva política era que el independentismo jugara a fondo la carta del boicot electoral. El boicot a unas elecciones es una herramienta de lucha y de acumulación de fuerzas igual de importante que presentarse a unas elecciones o que otras formas de desobediencia civil" (Las elecciones del 28-A y la acción política de la Izquierda Independentista. 26.04.19).

No creemos que hubiera ningún reasentamiento del estado - como tampoco la moción de censura comportaba estabilizar el régimen con el PSOE, como también se escribió-; pero un boicot no es una forma de "acumulación de fuerzas", sino una demostración de fuerza, de mucha fuerza y capacidad de organización del movimiento. Si no, se queda en una abstención. Y así era, porque en la propuesta que dirigieron a la CUP ya las organizaciones de la CUP-CC, se decía: "La forma como se concrete el boicot dependerá de las fuerzas. La propuesta consiste concretamente en la constitución de una candidatura instrumental por parte de la CUP-CC de cara al 10N con el compromiso de retirar la candidatura en el último momento y ejercer una abstención o voto nulo masivo ..." (Doc. Presentado para el debate del 28/09/19).

No, abstención no es boicot: es muy diferente; una es inhibición y el otro enfrentamiento y máximo choque con el régimen democrático burgués. No somos abstencionistas, no llamamos a los trabajadores y las clases populares a que se inhiban de lo que ocurra en política. Si tenemos fuerzas, organizaremos el boicot, pero si no, los llamaremos a participar y construir una alternativa para denunciar el régimen y el sistema.

Tampoco compartíamos la posición de Poble Lliure, más que por lo que decía su documento (que tenía muchos elementos, como el nuestro), porque habíamos vivido en primera persona la conformación del Front Republicà y como su planteamiento de "bloqueo" - que también se repetía en el documento de este año- dejaba la propuesta en un frente patriótico. Los mecanismos internos de la CUP sin embargo, que descomponen los documentos y agrupan lo que consideran al margen de las opiniones de los autores, hicieron que, en las propuestas a votar, la nuestra y la de Poble Lliure coincidieran en la mayor: presentarse . Aunque no pudimos estar en el debate, por un voto decidieron presentarse.

Participamos activamente en las propuestas de programa, pero topamos en el método de confección de las listas. No sólo se presentaba como una lista cerrada ante la que sólo se podía asentir, sino que, encima, decidía el SN de la CUP el orden en que teníamos que entrar los representantes de las diferentes organizaciones. Un método tan burocrático sólo se explica por los acuerdos de listas entre Endavant y Poble Lliure al servicio de mantener sus equilibrios internos. Anunciamos que denunciaríamos la falta de democracia y que nos negábamos a participar en la pugna por los puestos de las organizaciones. Y tanto en Barcelona como en Girona planteamos que hicieran lo que considerasen oportuno. Si terminamos ocupando en Barcelona el quinto lugar fue por que las otras organizaciones así lo propusieron.

La campaña y el resultado

La campaña estuvo falta de actos, de trabajo por la base disputando el voto sobre todo fuera de las zonas de confort, pero, aun y así, con un buen contenido. Sin embargo, hubo un muy buen resultado, demostrando que había espacio y mucha gente lo esperaba, aún más después de la sentencia y de las masivas y combativas movilizaciones. Se sacaron 244.754 votos, un 6,35%, que conllevan 2 diputados y se quedó muy cerca de un tercero por Girona.

Estos resultados se enmarcan en un crecimiento del independentismo pequeño (sólo 7.000 votos, el 0,4%), que no llega al 50%, pero mantiene la tendencia al alza a pesar de la represión post-sentencia. Dentro de este espacio, la entrada de la CUP-PR genera cambios en la distribución de los votos. ERC sigue al frente y muy lejos de JxCat y de la CUP-PR: de cada 100 votos, 53 son para ERC, 32 para JxCat y 14 para la CUP-PR. Pero ERC pierde 150.000 votos y, dado que la CUP-PR consigue 130.000 más que Frente Republicano (113.008 votos), todo indica que vienen de ERC. En el caso de Barcelona ciudad -donde CUP-PR obtiene un 6,9% -, mientras ERC pierde unos 29.000 votos, la CUP-PR saca unos 28.000 más que el FR.

Ahora bien, a diferencia de ERC, que tiene el voto repartido homogéneamente, con incursiones en zonas no independentistas, la CUP-PR lo tiene muy irregular, no sólo por circunscripciones (Tarragona 5,7%; Girona 8,9%, Lleida 6 , 8%; Barcelona 6,9%) sino en el tipo de territorio. Así, saca poco en el Baix Llobregat: en L’Hospitalet de Llobregat no se pasa del 2,9% (sólo crece en 1.700 votos respecto al FR), mientras ERC crece y llega al 13,8%. Es la tónica en el resto de la comarca: Cornellà (2,8%), El Prat o Gavà (2,6%). Algo más altos son los porcentajes del Vallès, con un 5% en Terrassa o un 6,16% en Sabadell. O en Mataró (5,37%), aunque sea la más baja de las poblaciones del Maresme.

Por el contrario, en las comarcas centrales y de Girona y, en general, en los municipios tradicionalmente más soberanistas, la CUP-PR saca cifras mucho más altas como del 15 al 23% en pueblos del Berguedà; el 11,59% de Vic y más en otras poblaciones de Osona; más del 9% en Manresa o Sallent que llegan al 13,13% en Moià, por citar tres del Moianès. En Vilanova se obtiene un 7,88%, en Vilafranca 9,79% y, en Valls, 9,46% (Alt Camp, Tarragona). En Lleida, en el Pallars, en Sort un 13,52%, Girona ciudad un 10% y en comarcas de Girona, Banyoles (11,11%), Celrà (21,42%), Figueres (5,89%), Olot (9, 69%).

Las cifras también reflejan las debilidades: es necesaria una mayor implicación en las luchas obreras y sociales, donde es más difícil porque es donde menos tradición independentista hay. Es necesario que la CUP-CC tome definitivamente distancia del Gobierno de la Generalitat y sus recortes, con un balance sin concesiones hacia la política de ERC y JxCat.

Pero la puerta que ha abierto la CUP-PR hay que mantenerla abierta y reforzarla para que posibilite avanzar hacia una herramienta política común e imprescindible en la lucha contra el régimen y el capital: un frente de los y las trabajadoras y los pueblos.

Esther del Alcázar

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