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El SARA un Servicio Municipal de BCN de atención a las victimes de violencia de género. Entrevista a una trabajadora

Marga Olalla, 26 de noviembre de 2020




LI: ¿Podéis explicarnos, someramente, que es vuestro servicio?
Carla:
El Servei d’Atenció Recuperació i Acollida (SARA) es un servicio municipal de atención a personas que han vivido situaciones de violencia machista. Atendemos principalmente a mujeres, niños y adolescentes y somos el servicio de urgencias y acogidas por situaciones de riesgo por violencia machista. Somos unas cuarenta trabajadoras entre trabajadoras sociales, abogadas, educadoras sociales, personal administrativo, personal de limpieza, psicólogas y una insertadora laboral.

LI: En el actual contexto de pandemia, de crisis, ¿nos podéis explicar vuestras dificultades y las necesidades para realizar vuestra tarea, las respuestas de la Administración a vuestras demandas y las necesidades de vuestras usuarias?

Carla: Durante la pandemia nos hemos visto afectadas como todos los servicios sociales de la ciudad. Con incertidumbre, falta de recursos y desbordadas por la situación. A pesar de todo no hemos parado de trabajar, bien sea a nivel presencial o desde casa. Nos hemos mantenido en la trinchera, como siempre. Es nuestro trabajo y nos gusta hacerlo tan bien como podemos. La administración ha hecho grandes esfuerzos para mantener los servicios abiertos, es necesario hacerle un reconocimiento en este sentido. Pero es cierto que algunas decisiones no han sido las acertadas, han estado insuficientes o han llegado tarde...

LI: ¿Podrías enumerar algunas de estas insuficiencias y como han afectado a las usuarias y a las trabajadoras?. ¿Cuales fueron vuestras reivindicaciones para paliar las deficiencias y la falta de recursos idóneos para la mujeres víctimas de violencia?. ¿Cuales son las reivindicaciones para mejorar la condiciones laborales y profesionales de las trabajadoras del servicio?

Carla: Cuando hablamos de falta de recursos o de recursos insuficientes hablamos básicamente de dos cosas. Por un lado mejoras técnicas que nos permitan ser más eficientes en cuestiones internas. El sistema de ayudas económicas es un ejemplo, debe actualizarse y modernizarse, ya que ahora es lento, pesado y confuso. Por otro lado hay una falta de recursos de acogida. Este déficit el ayuntamiento lo ha resuelto contratando plazas en pensiones de la ciudad -en la mayor parte de los casos turísticas- lo que implica un precio desorbitado. Hacen falta soluciones estructurales y no parches. Son solo dos ejemplos. También faltan despachos de entrevistas y además es necesario territorializar el servicio en lugar de tener una única sede para toda la ciudad de Barcelona. Hace años que lo decimos. Ahora la administración ha empezado a escuchar algunas de las demandas y vemos evidentes dos cosas. Que las demandas eran justas y necesarias y que la lucha es útil para avanzar en la consecución de estas reivindicaciones.

LI: Respecto a la negociación relativa a vuestros horarios ¿en que momento estáis? ¿Cuales son las decisiones de la Asamblea?. Los sindicatos con representación en el Àrea de Drets Socials a l’IMSSB (Institut Municipal de Serveis Socials de Barcelona Ajuntament BCN) os han acompañado, me consta, ¿es así?. ¿Cual es la previsión para la nueva fecha de negociación?. Cual es vuestra valoración de las movilizaciones realizadas incluida la última del 17 de Noviembre.

Carla: La negociación está en una situación de bloqueo. Cíclicamente se reactiva y se bloquea desde hace más de dos años. La administración quiere exprimir, tanto como pueda, a las trabajadoras del servicio y nosotras estamos luchando para defender nuestros derechos. Debemos tener en cuenta que algunas de nuestras responsables ya lo eran antes de la municipalización y para ellas ha sido una jugada, al menos dudosa, ya que antes podían obtener más. En el momento en el que tu has de respetar ciertos derechos a una trabajadora obtienes menos rendimiento porque no la puedes explotar tanto como antes. Este es el problema fundamental que tiene el ayuntamiento en este servicio. Pero tendrán que acabar cediendo, ya que existe una evidencia de que se han de equiparar las condiciones de trabajo a las de otros servicios sociales municipales. Lo sabe el ayuntamiento y los sabemos las trabajadoras. Los sindicatos en este sentido, nos dan la razón y su apoyo absoluto. Todos los sindicatos nos apoyan CGT, CCOO,Intersindical-CSC, CSIF, y UGT, con sus diferencias pero hemos llegado a consensos con la parte sindical y queremos que la administración escuche nuestras demandas.

Este mes de noviembre hemos hecho dos movilizaciones en la calle, una ante el Instituto Municipal de Servicios Sociales y otra en la Plaza St. Miquel. Estamos a la espera de que la administración nos convoque de nuevo para sentarnos a dialogar y negociar un acuerdo que sea óptimo para la ciudadanía y para las trabajadoras. Para nosotras son dos cosas que van unidas y debe haber un equilibrio entre los derechos de las empleadas y los derechos de las usuarias del servicio.

LI: ¿Puedes concretar vuestra propuesta para conciliar derechos de las trabajadoras y una atención de calidad para vuestras usuarias?
Carla: Como decíamos antes hemos de encontrar este equilibrio y si es necesario contratar más personal, pero no podemos asumir todo el servicio necesario con las trabajadoras que somos. Estamos pidiendo equidad con el resto de servicios. Si la tendencia del convenio es más flexibilidad y menos presencia por las tardes, eso también se ha de aplicar al SARA y nos están imponiendo más tardes que a nadie y somos quienes tenemos menos flexibilidad. Estamos diciendo que trabajar en el SARA no se debe castigar.
Atención de calidad también es que las trabajadoras tengamos buenas condiciones. Es la idea de que es necesario cuidar a las que cuidan. Nos pasamos cada día de la semana atendiendo las consecuencias de la violencia machista. Esto supone una gran carga emocional para las personas que trabajan en este ámbito. Queremos dignificar esta especialidad.
Actualmente se han retomado las negociaciones y tenemos la esperanza de que el ayuntamiento haga propuestas que permitan un acuerdo. Las trabajadoras estamos haciendo un gran esfuerzo para acercar posiciones ya que somos las primeras interesadas en llegar a un acuerdo, pero no aceptaremos cualquier cosa, no firmaremos a cualquier precio. Además, para nosotras la relación entre condiciones laborales y calidad del servició es indisociable. Llevamos muchos años viendo bajas laborales por ansiedad y estrés y rotación de personal. Todo ello debido a la sobrecarga a la que se expone a las trabajadoras y por la falta de atención por parte de la administración.
El equipo ha soportado mucho y ya estamos hartas. Es un equipo muy implicado en su trabajo, que lucha cada día desde la trinchera contra la violencia machista. Eso no va de conferencias, congresos y espacios académicos. En el SARA se trabaja con las personas que han sufrido la violencia machista directamente, niños, jóvenes y personas adultas que han visto sus vidas rotas y que hacen un esfuerzo brutal para tirar adelante. Nuestro trabajo es acompañarles en esta recuperación y es un orgullo. Nosotras queremos dignificar el servicio y defender nuestros derechos porque no queremos ser un servicio de segunda, queremos los mismos derechos que las profesionales de los servicios con los que se nos equipara a la hora de exigir trabajo, resultados y responsabilidades.
Gracias a las últimas movilizaciones y a que nos hemos hecho ver en la prensa, hemos conseguido que la administración se siente a negociar de nuevo, Hemos avanzado, pera es necesario seguir, no hay que dejar las cosas a medias.

LI: También agradeceríamos que nos explique, lo que puedas, de la situación profesional y la precariedad laboral que están sufriendo otros servicios municipales externalizados de atención a las víctimas de violencia machista y ¿podríais comentar, un poquito, el proyecto de comunicado conjunto?
Carla: De momento solo nos hemos encontrado para poner en común nuestras problemáticas y pedir a la administración que dedique más recursos en este sector a la vez tan específico y tan transversal.
Queremos dar visibilidad a la lucha contra la violencia machista y el trabajo especializado contra esta violencia y por la recuperación de la consecuencias que deja. Una especialidad con mucho reconocimiento público y político, pero que no se traduce en reconocimiento en las condiciones materiales de las especialistas, es decir, en derechos laborales.

Existen otros servicios del área de feminismos en el ayuntamiento que están igual o peor que nosotras. No podemos hablar por ellas, pero todos los servicios de esta área están haciendo demandas al consistorio, tanto los propios o internos como los externalizados. La atención y el abordaje a las personas que han sufrido o sufren violencia machista debe ser una prioridad. Son necesarios más recursos y ahí el Ayuntamiento, la Generalitat y el Estado deberán ponerse de acuerdo, pero ni la ciudadanía ni los trabajadores hemos de sostener la falta de recursos. Por eso nos plantamos y pedimos que no queremos escuchar excusas y no queremos más dilaciones, Exigimos a las administraciones de todos los niveles respuestas a estos problemas y no solo campañas publicitarias, es necesario un compromiso firme y profundo. En este sentido debemos reconocer que el ayuntamiento ha hecho importantes avances, todo hay que decirlo, pero es necesario seguir, ya que son insuficientes. Se deben internalizar todos los servicios municipales de atención a la violencia machista y, de hecho, es necesario internalizar también los SIEs, que son los que gestiona la Generalitat en el resto del territorio y que también los tiene externalizados. Bien, no sabemos cual es la solución para los SIEs, si la mejora del convenio, la internalización o un convenio propio, eso deberían decirlo las trabajadoras que conocen bien su trabajo y sus necesidades. Pero hacen falta mejoras cualitativas en las condiciones de trabajo en este ámbito y acabar con el voluntarismo y con la idea de que es un trabajo vocacional. Es un trabajo esencial, de gran prioridad y que exige un alto nivel de especialización, formación y experiencia. Igual que no aceptaríamos un CAP o unos bomberos externalizados, no podemos aceptar que estos servicios estén en manos de fundaciones privadas y en condiciones de precariedad.

Marga Olalla

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