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Elecciones en Euskadi

El Estado expulsa a la izquierda abertzale del Parlamento vasco

Sílvia Rispau i Mercader, 24 de febrero de 2009




Lieberman se inspira en Zapatero

Desde que entró en vigor de la
Ley de partidos han sido ilegalizadas
600 candidaturas, partidos políticos
y plataformas electorales vascas. Y
a cada nuevas elecciones con listas
prohibidas casi sin oposición
corremos el peligro de integrarlo
como si fuera un componente normal
más del juego electoral. Y no lo
es, ni siquiera en el marco de la
democracia burguesa. Para no olvidar
que la Ley de partidos y cada
una de sus aplicaciones son una
aberración democrática, es útil no
perder la perspectiva internacional.
No me refiero al informe del relator
de la ONU planteando «dudas
» sobre la Ley de partidos, ni
a los tímidos comentarios de la
siempre exasperantemente tímida
Amnistía Internacional. Sino a
esto: «No pueden tener hueco
en las instituciones los que no
condenen la violencia», Avigdor
Lieberman, Haifa, mitin de fin de
campaña del partido de la extrema
derecha sionista Yisrael
Beitenu. De tan cínico, parece
difícil de creer que Lieberman se
atreva a exigir que se «condene
la violencia» –palestina, obviamente-
en una campaña que se
ha construido sobre más de
1.300 muertes palestinas. Sólo
se puede explicar en el marco
de aquel tópico sionista tan manido
de que «Israel es la única
democracia de Oriente Medio» que
repiten como un mantra completamente
independiente de la realidad.

Pero, para mala suerte de Zapatero,
la frase de Lieberman sigue,
citándole, «como ha hecho Zapatero
con Batasuna». Y no se quedó
aquí, el fascista moldavo contó
que la Ley de partidos le había inspirado
para su propuesta estrella de
«Ley de lealtad», abiertamente racista,
que pretende quitar la nacionalidad
a los «árabes israelíes» –así
llaman eufemísticamente, para seguir
negando la existencia del pueblo
palestino, a los y las palestinas
que los sionistas no lograron expulsar
en la limpieza étnica del 48 y
que, a diferencia de los y las de los
Territorios Ocupados, hoy tienen la
nacionalidad israelí, lo que por lo
demás no impide que sean ciudadanos/
as de segunda.

Lieberman ha llegado a dedicar
un artículo1 a analizar la aplicación
que Zapatero y el poder judicial español
han hecho de la Ley de partidos
y a ponerla de modelo al Tribunal
Supremo de Israel, que anuló
la ilegalización de las listas
palestinas que había acordado la
Comisión Electoral Central para las
últimas elecciones.

Las ilegalizaciones de D3M y
Askatasuna

Lieberman tiene razón, en el muy
democrático Estado español estas
cosas no pasan y las candidaturas
se prohíben hasta el final. El guión
de la farsa ya lo sabíamos de antes.

Mientras la fiscalía y la abogacía
del Estado, por orden del Gobierno
de Zapatero, le preparaban
los argumentos al Supremo para
ilegalizar las listas en aplicación de
la Ley de Partidos, el cazador Garzón
utilizaba la vía penal para mandar
detener a 13 militantes, representantes
electorales o candidatos/
as de Askatasuna y Democrazia
Hiru Milioi (D3M) y, así, nutría de argumentos
al Supremo a la vez que
se convertía en el plan B del Estado.

Esta vez Garzón le dio tiempo al
Supremo para realizar las
ilegalizaciones antes de remacharlas
suspendiendo las actividades de
ambas formaciones políticas, lo que
va a facilitar aún más la represión
de las esperables protestas.
Espectacularmente, al filo de la
media noche, un minuto antes del
inicio de la campaña electoral en
Euskadi, el Tribunal Constitucional
confirmó la prohibición de las dos
candidaturas. Como decía el editorial
de Gara: «el TC ha pegado el
primer el cartel.»

En el caso de D3M –la cara sucia,
según el fiscal general Conde
Pumpido- la aplicación de la Ley de
partidos no sólo prohíbe la expresión
de sus votantes potenciales y
deslegitima a las 18.000 personas
que, una a una, han avalado la candidatura,
sino que deja sin derechos
políticos a personas individuales, ya
que la impugnación se basa en el
hecho de que personas candidatas
habían sido militantes de partidos
ilegalizados. En el caso de
Askatasuna –la cara limpia de
Pumpido- en el que no se ha podido
establecer para ninguno de los y
las integrantes de les candidaturas
vinculación alguna con otros partidos
de la izquierda abertzale, las fuerzas
y cuerpos de seguridad consiguieron
argumentos de tanto peso
como que algunos de los/las
candidatas habían firmado como
avaladores de la candidatura de D3M
–lo que según el Supremo es inconcebible...
tanto como que cargos
públicos del PSC, ERC o ICV-EUiA
avalasen la candidatura de la cual
LI formó parte en las últimas elecciones
al Parlamento Europeo, por
ejemplo, para poder cumplir los requisitos
legales para presentarla-;
que hubieran participado en manifestaciones
–legales- de la izquierda
abertzale; que hubieran visitado
presos/as políticos/as; o una conversación
privada comentando el panorama electoral de alguien con una información
tan privilegiada como un preso con
las comunicaciones intervenidas.

El parlamento, vetado a la izquierda
abertzale

Por vez primera desde el fin del franquismo,
en el Parlamento de la Comunidad Autónoma
Vasca van a faltar los/las representantes
de la izquierda abertzale, que siempre ha obtenido
entre el 10 y el 20% de los votos y, por
lo tanto, la opción política de una parte muy
importante de la sociedad vasca. Uno de los
interrogantes es hasta qué punto la izquierda
abertzale, cada vez más debilitada por la represión,
va a ser capaz de responder. Al margen
de la bomba de ETA, sin heridos pero
con daños, ante la sede de una de las constructoras
de la línea del tren de alta velocidad
(la Y vasca) y de movilizaciones locales, se ha
convocado una movilización nacional en Bilbo
para el 14 de febrero y, primero LAB y luego
D3M, han llamado a votar con papeletas de
las candidaturas prohibidas el 1 de marzo. Así
intentarán cuantificar con votos nulos la fidelidad
de su electorado pero, a la vez, van a
perder la oportunidad de poner en cuestión
un sistema electoral, tan manifiestamente
antidemocrático que les ha ilegalizado, mediante
un boicot organizado.

Seguro que la estrategia de la izquierda
abertzale va a provocar que los partidos no
adscritos al nacionalismo español se afanen
en intentar recolectar votos abertzales que,
al fin y al cabo, van a expresarse de forma
individual y secreta. Ibarretxe ya lo intentó
iniciando la precampaña electoral pidiendo
que no se aplicase la doctrina Botín –que,
por otra parte, la justicia española aplica o
no a su conveniencia- y que llegara hasta al
final el juicio –también contra el candidato
Patxi López- por haberse entrevistado con
Otegi. Ahora agita el fantasma de la encuesta
del CIS según la cual PP y PSE-PSOE podrían
llegar a la mayoría absoluta y, por lo
tanto, a formar gobierno -una alternativa que,
por cierto, parece descartada desde que el
muy españolista Redondo Terreros fue
defenestrado. Así las cosas, un PNV más que
dividido se mueve entre intentar reeditar un
tripartito –quizás un cuatripartito con Aralarque
ya no va a poder contar con apoyos
externos providenciales de la izquierda
abertzale, y la propuesta, muy querida por
Urkullu, de dar continuidad al pacto para
aprobar los Presupuestos Generales del Estado
de Zapatero, volviendo a la época
Ardanza con una coalición PNV-PSE –con
otros invitados, o no.

Notas

1 Lieberman Compares Madrid’s Treatment of
Political Parties that Support Terrorism With
Jerusalem’s
http://beytenu.org./119/2803/article.html

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