En Lluita Internacionalista nos sumamos desde el primer día a la campaña de recogida de firmas, pero con una idea muy clara: para conseguir la regularización hay que traer a las personas afectadas a la movilización por sus derechos, si no están en las calles difícilmente este gobierno moverá un dedo por ellas.

El esfuerzo de miles de personas, con papeles o sin ellos, que trabajaron durante un año logro conseguir las firmas necesarias que llevarán al congreso el debate para regularizar a las más de 500 mil personas que lo necesitan. Y, sobre todo, confirmar que la cantidad de firmas obtenidas viene a demostrar que la clase obrera del Estado español es solidaria con los hombres y mujeres de su misma clase, que son obligados a trabajar en los sectores más duros, en condiciones de sobreexplotación y con salarios precarios.

El ministro responsable de migraciones, José Luis Escrivá, ya se desmarcó este verano de la idea de una regularización extraordinaria, con la excusa de que el Pacto sobre Migraciones de la Unión Europea “limita la capacidad de los estados miembros para impulsar esos procedimientos”. Con la Reforma del Reglamento de Ley de Extranjería aprobada en julio de 2022, se facilita en cierta medida el acceso al mercado laboral y los derechos de apenas 10.000 jóvenes migrantes, y algunos más que pueden regularizar su situación administrativa a través de sus estudios. Pero quedará la mayoría del medio millón de personas por regularizar. Así cumplen los deseos de empresarios explotadores de sectores como la agricultura, los cuidados de personas, hostelería o la construcción, que se nutren de esa mano de obra barata.

El 24 de junio, en mitad de la campaña de recogida de firmas, “el gobierno más Progresista de la Historia”, pone en marcha la Reforma del Reglamento, levantando el muro legal para que la mayoría de las y los inmigrantes continúen en situación irregular. En Melilla, una masacre terrible contra centenares de jóvenes que, huyendo de la violencia policial marroquí, aquella mañana decidieron saltar la valla juntos.

Durante cuatro días las fuerzas marroquíes atacaron con violencia los campamentos y grupos de migrantes, la mayoría sudaneses, una nacionalidad reconocida como receptora de asilo en España. Al destruir la policía marroquí lo poco que tenían, éstos deciden dar el salto. Forman una columna que desciende del monte hasta la valla. La policía marroquí les deja pasar hasta las rejas y, una vez allí, les atacan por la espalda con gases lacrimógenos, provocando una avalancha hacia la valla. Las policías marroquí y española, con sus actuaciones, son responsables de la muerte de, al menos, 37 personas y la desaparición de 77 más. El presidente Pedro Sánchez y su ministro de interior Grande Marlaska se apresuraron a felicitar la actuación de las policías que habían detenido a los inmigrantes en la frontera.

A este gobierno y su parlamento, que felicita a los responsables, niega, oculta y manipula los hechos acontecidos en Melilla, es al que se le presentan las firmas de 700.000 personas comprometidas con la justicia social, con los derechos humanos. No guardamos ninguna confianza que aprueben una Regularización Extraordinaria.

Por eso decimos:

Solo la presión en las calles de los miles de migrantes y del resto de las personas que firmaron o formaron parte de la campaña conseguirán que este Gobierno se vea obligado a hacerlo. Llamamos a los 700.000 que firmaron, a los que quieren justicia y derechos para todas las personas que los necesitan.

¡Investigación y Castigo por los crímenes de Melilla!

Txema Morillo