El anuncio de una gran inversión en instalaciones industriales en el País Valencià debiera ser una buena noticia, pero si investigamos vemos que no es así. La continua crisis del sector de la cerámica en Castelló y la crisis en el sector del automóvil con los continuos ERTEs en la factoría de Ford (Almussafes) es una señal de la profunda crisis en la que nos encontramos que queda aún lejos de resolverse y que, por desgracia, los trabajadores y las trabajadoras seguimos pagando. Se plantean muchas incertidumbres.

Pero es importante recordar la situación provocada por el chantaje de la empresa alemana que ha condicionado durante mucho tiempo, la posibilidad de no instalarse en Sagunto si el Estado no aportaba la cantidad demandada por ellos, con actitudes propias del mercadeo. Las ayudas que recibirán son del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (PERTE VEC) figura creada en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de los Fondos “Next Generation EU”. Se publicitan otras millonarias aportaciones en sectores próximos por parte del Gobierno Central y Autonómico, pero que en nada aseguran su concreción final, ni empleo seguro, ni garantías de continuidad.

Es significativo que las ayudas las reciban grandes empresas, que es una suma y sigue de dinero que se está dando a firmas que, en la mayoría de los casos, tienen unos resultados a priori de grandes beneficios y reparten altos dividendos entre sus accionistas.

Mas pruebas de la presión que está haciendo Volkswagen ante las autoridades, es que solicita la exención de la obtención de licencias de obras municipales o de cualquier otro tipo de autorización municipal o declaración responsable a presentar ante el Ayuntamiento de Sagunt para la construcción y primera ocupación de la giga factoría. Además, reclama que el proyecto consiga una reducción a la mitad de los plazos previstos de planeamiento, gestión, edificación, autorización ambiental y todos los dirigidos a la puesta en funcionamiento de la planta. Una situación de privilegio difícil de comprender y menos de defender.

Hablar de las posibilidades de empleo que debiera proveer la giga factoría de baterías de Volkswagen, es solo la coartada y la justificación para que el gobierno estatal aporte 397,4 millones de euros para ayudar al proyecto del grupo automovilístico y el gobierno de la Generalitat Valenciana otros 40 millones de euros. Pero nada se dice de qué tipo de empleo (se mencionan cantidad de supuestos empleos), hay que recordar que muchas de las empresas automovilísticas están fuertemente robotizadas, no se habla si será de la propia plantilla de Volkswagen o, como en otras fábricas de automóviles, utilizará subcontratas para precarizar el empleo. El caso del cierre de Nissan es bien conocido y la resolución para miles de trabajadores subcontratados también.

También hay que hacerse la pregunta de qué pasará con los residuos que se producirán. La empresa Powder Holdco (Grupo Volkswagen), que va a desarrollar el proyecto, se refiere al "reciclaje de los residuos de los electrodos" con estas inquietantes palabras:

"Durante la producción de baterías se produce una cantidad significativa de chatarra, superior al 10%, cuyo reciclaje es costoso y complejo. Powder Holdco tiene la intención de implantar un proceso innovador de reciclaje, con cierta incertidumbre tecnológica, para que parte del material activo de la chatarra pueda ser reutilizado directamente en el proceso de producción", una incertidumbre que no augura una seguridad del impacto de los residuos en el medio ambiente y en el entorno de la giga factoría. Es lo poco que se habla de cuántos residuos va a generar la giga factoría de baterías de Sagunto y cómo se van a gestionar, lo que nos debe preocupar también.

La fuente de energía eléctrica de la giga factoría se prevé que sea mediante la instalación de placas solares en actuales zonas de huerta de las partidas Gausa, que está entre Sagunt y Puçol, así como Montiber, que se ubica en una zona situada entre el casco antiguo de Sagunt y Canet d’en Berenguer, que ocupara cerca de 5 millones de metros cuadrados, que, además, tiene una catalogación de alta capacidad agrológica. Estas placas solares serán solo el 10% de la producción de electricidad necesaria para la planta y nos preguntamos qué coste tendrá la consecución del otro 90%. Estas instalaciones cuentan con la oposición de colectivos Agro del Port de Sagunt preocupados por el impacto en el territorio, con una campaña con el lema “Salvemos Montiber y Gausa”.

Otro problema que asegura la Generalitat Valenciana que se resolverá, son los viales que serán necesarios para hacer viable la factoría, que incrementaran el actual volumen de camiones que ya acceden al cercano puerto de Sagunt, y que augura problemas de movilidad a los habitantes de la población y un aumento de tráfico considerable. Lo que nadie dice es si el puerto de Sagunto será suficiente para las posibles exportaciones o se intentará su ampliación igual que se está intentando con el puerto de Valencia.

Carlos Rodríguez (País Valencià)