Hoy en día siguen más vigentes que nunca las formas de violencia sistemática hacia la mujer, tanto mediática, como institucional y laboral. Los sectores de trabajo más precarizados son los feminizados como las trabajadoras del hogar. Las mujeres tenemos más contratos de jornada parcial, lo que a la larga provoca que tengamos unas pensiones más bajas. Por otra parte, la violencia sexual sigue siendo la más visible y evidente entre todas las violencias.

Es importante conocer y saber identificar estas violencias para poder armarnos con las herramientas necesarias para responder a ellas y combatirlas. El gran objetivo que tenemos es acabar con las situaciones de opresión y exclusión en las que nos encontramos las mujeres día a día. Esta exclusión está fuertemente presente en la universidad, una institución que nos borra históricamente de las aulas donde nuestra presencia se ve mermada, dando voz al paternalismo que perpetúa las dinámicas y jerarquías sociales. Por eso, queremos reivindicar la universidad como nuestro espacio de convivencia, que las mujeres cis, lesbianas, bisexuales, trans y no binarias podamos ver como un espacio seguro.

Tras la COVID-19 ha sido evidente la inactivación del movimiento, salvo la ineludible participación en las dos citas mayores del año. Por el contrario, las desigualdades se han intensificado. Las desigualdades sociales, de género y en salud, desde el hecho de que la tasa de pobreza de las mujeres es superior en todos los tramos de edad, hasta la noticia del aumento de la violencia de género este año 2022 (con una subida del 10,89% respecto a 2021).

La inactividad del movimiento también se ha visto reflejada en la lucha feminista en las facultades, y es evidente que en un período de desmovilización los movimientos sociales se congelan y hay que reactivarlos. Sin embargo, salvo este intervalo de poca movilización general, en la Zona Universitaria de Diagonal encontramos muchas asambleas, en algunas facultades hay comisiones que son específicamente feministas, y, en otras facultades encontramos asambleas de estudiantes que también integran la lucha en su agenda. Es necesario recalcar la importancia de juntar las luchas. Un gran avance sería reactivar al colectivo de Mujeres Diagonal para organizarnos en red y poder dar una respuesta coordinada, desarrollar actividades con más fuerzas y hacer más presente el feminismo en la vida universitaria.

Finalmente, haciendo un balance de la presencia del feminismo en las universidades, quisiéramos hacer un repaso de un caso concreto. Las facultades de Física y Química son dos con alta implicación en la vida universitaria, y donde también se reproducen comportamientos y actitudes a erradicar. Para intentar dar una respuesta y hacer que la lucha feminista esté más presente en nuestras facultades, este año 2022 hemos estado organizando entre nosotras creando una comisión feminista de la facultad. El 8 de marzo intentamos crear un sitio alternativo en las aulas haciendo un taller, con la voluntad de dar voz a las problemáticas y a la gente. Por otra parte, nos constituimos como asociación e hicimos trabajo de redes sociales para poder difundir de manera sistemática, y nos fijamos unos objetivos que esperamos poder llevar a cabo como es dar charlas a la facultad. Un paso adelante que se dio, fue crear un protocolo de actuación ante situaciones de agresión machistas, junto a la organización de un punto lila.

Iniciativas como estas que se realizan en las facultades, son muy necesarias. Es muy importante seguir organizándonos y coordinarnos como el resto del movimiento estudiantil. Por una universidad pública, gratuita, con perspectiva transfeminista y libre de violencia de género.

Cristina Martín Barceló. Facultad de Físicas. UB