Triunfo de la masiva movilización popular sobre la First Quantum Minerals, minera canadiense de capital internacional, extractora de cobre, junto con oro, plata y molibdeno, a cielo abierto en Coclesito (provincia de Colón) que, funcionando desde 2019, ya había generado daño ambiental y de salud entre los pobladores. Tras dos meses de lucha, el 28 de noviembre la Corte Suprema declaraba inconstitucional la prórroga por 20 años del contrato y declaraba una moratoria minera. Entrevistamos a Carlos Ernesto Guevara Villa, abogado, miembro de Propuesta Socialista de Panamá y delegado al 8º Congreso de la UIT-CI.

LI.- Qué ocurrió en Panamá de octubre a diciembre de este año?

CG.- En Panamá se dio un alzamiento que terminó en un triunfo del movimiento obrero y popular, de la juventud, de los ambientalistas, de la disidencia y de las mujeres, de los campesinos, de los indígenas que lograron poner en jaque al gobierno durante casi 40 días. Y terminó en un triunfo, porque el contrato de la minera canadiense First Quantum, con capital y accionistas panameños, canadienses, pero también de Estado. Y esa era la rabia, porque también estaba el estado chino y los gringos. En Panamá, la First Quantum tomaba el nombre de Minera Panamá, pero son lo mismo. Esta minera ya tenía prorrogado el contrato a pesar de que había sido declarado inconstitucional hace cinco años. Pero la Corte Suprema nunca hizo cumplir su fallo, ni declaró la empresa en desacato. Y la minera siguió sacando materiales sin que nadie los controlara y sin dar ni un centavo a Panamá.

LI.- ¿Qué ocurrió?

CG.- El contrato minero, se da en un momento donde ya había un alzamiento por el abuso de una menor con diputados de la Asamblea de Diputado involucrados. Eso hace que la juventud se mueva, sobre todo la juventud vinculada con las mujeres. Así, cuando se aprueba por ley el contrato en la Asamblea de Diputados y se aprueba en forma meteórica (1), y el presidente sanciona el mismo día y lo publica en la Gaceta Oficial, el país se prende.

Los indígenas del área limítrofe con Costa Rica, las provincias de Bocas y Chiriquí, cierran las vías de acceso a Panamá. Colón, una provincia de puertos, en el centro, y todo el resto de provincias centrales, incluyendo Darién, comenzaron a protestar. Había dos grandes movilizaciones, una de los jóvenes a través de las redes sociales, con la única consigna de “Abajo la mina”, mientras que la del movimiento obrero y popular incluía otras reivindicaciones, como contra la corrupción, etc. Se sumaron el Sindicato Único de la Construcción (SUR), los educadores, las personas de salud, el resto de los sindicatos obreros, incluso la iglesia evangélica, la juventud universitaria, disidencias, campesinos, indígenas - los Ngäbe, los Buglé, los Guna, los Emberá, … en lucha en sus áreas específicas, con sus asociaciones de estudiantes indígenas-. El Gobierno trató de frenar la movilización llamando a un plebiscito, pero la gente siguió, y se molestó más. La protesta solamente bajó en la ciudad y aun así el movimiento obrero siguió haciendo marchas y movilizaciones casi prácticamente cada día, cerrando el metro y las calles del centro. La Universidad de Panamá estuvo cerrada prácticamente los 40 días.

Otra parte importante fue la táctica de los pescadores y pobladores del área de la mina, en el centro de Panamá. Es un área costera porque la mina requiere un puerto para poder extraer el material y procesarlo. La ley –a pesar de las más de 25 inconstitucionalidades de hace 5 años- le daba el control de los recursos hídricos, del suelo, del subsuelo, del espacio aéreo, de los puertos, de las tierras aledañas que eran de pequeños propietarios y no podían ser expropiados. Así que los pobladores estaban muy afectados por el contrato, y los pescadores de Donoso con sus botes rodearon y bloquearon el puerto más de 30 días impidiendo que la mina se proveyera hasta de combustible para poder mantener la planta eléctrica. Se les llamó los “héroes del mar”, porque lo hicieron siendo pescadores, nada más, y el gobierno mandó sus barcos bélicos para poder retenerlos, pero ellos aún siguieron, siguieron, siguieron. Los pobladores bloquearon también la entrada terrestre y pusieron otros botes bloqueando el área aeropuerto.

LI.- Sabemos que ha habido una fuerte represión con decenas de heridos, cuatro muertos y más de 1.000 detenidos. ¿Cuál es la respuesta a esa brutal represión?

CG.- Es una de las tareas que queda porque se quiere procesar penalmente a los que lucharon: muchos de los pescadores, obreros del Sindicato Único de Trabajadores, o de la construcción, así como indígenas.

LI.- ¿Cómo valoras lo obtenido?

CG.- Es un triunfo del movimiento en su conjunto. Fue tan significativo que las concesiones que estaban en trámite también se van a negar. Como tampoco se pueden presentar más concesiones: una moratoria minera. Y, sobre todo, la que estaba pendiente de la First Quantum no se va a renovar. Aunque no se dio, a pesar de que nosotros como partido lo advertimos, el cerrar con una comisión independiente de expertos que garantizara la salida lo más pronto posible de la mina y se garantizaran los derechos laborales de los trabajadores, porque con independencia que se los utilizara contra el movimiento, tienen derecho a sus prestaciones. Y esas dos cosas, no se hicieron.

El triunfo también estuvo en que la gente comenzó a aprender lo que no sabíamos de economía, a ver cómo caen y suben las acciones: la gente se metía en la página para ver y aprendía y lo publicaba. Uno aprende en las luchas. Esa lucha representa un triunfo: de aquí en adelante las cosas no van a ser lo mismo en Panamá.

LI.- ¿Quién canalizará el triunfo?

CG.- Eso quedó abierto. Porque el gobierno actual del Partido Revolucionario Democrático (PRD), es un gobierno democrático, pro imperialista. No es el partido populista del golpista dictador Torrijos, pero aunque tengan influencia de sectores populares, siguen siendo voceros del poder económico en Panamá: la familia de los Mota, los Morgan –abogados de la First Quantum-, los Bay… que controlan todo a través de los órganos de poder del Estado, el Ejecutivo, el legislativo y el judicial. Y son siempre los mismos.
Porque hay que hacerle saber a la juventud y a los luchadores que ese triunfo no puede ser canalizado por la derecha ni por el centro, porque son lo mismo. Y mientras que los trabajadores y trabajadoras, los sectores populares, no gobernemos, seguiremos luchando contra las minas a cielo abierto, sin cielo abierto y contra todo. Esa es la conclusión de esa pelea.

NOTA
(1) Voto favorable tanto de los partidos que apoyan al gobierno, Partido Revolucionario Democrático (PRD) y Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena), como por los partidos de la oposición, Cambio Democrático y Partido Panameñista: 42 votos a favor, con sólo 5 en contra y 2 abstenciones en la votación definitiva, con rumores de corrupción por pago de la minera.