El 28 de mayo hizo un año de la repentina muerte del compañero Sebastià Salellas. Para conmemorarlo, un
grupo de amigos, familiares y abogados agrupados en la «Comisión para la creación de la Fundación Sebastià
Salellas», organizaron el Primer Memorial Sebastià Salellas. Fue casi una semana de actos desde la inauguración
de una plaza que lleva su nombre en Vila Roja -el barrio obrero al cual Tià estuvo muy vinculado como abogado
penalista y también, en los 80, cuando fue concejal de servicios sociales del Ayuntamiento del PSC-, una emotiva
conferencia de su amigo el filósofo Josep Maria Terricabras, o una mesa redonda sobre las cárcelas. Para nosoltras,
que habíamos compartido con Tià candidaturas de Lucha Internacionalista durante los últimos 6 años y que nos
encontrábamos en plena campaña de las europeas con una Iniciativa Internacionalista acabada de ilegalizar por el
Supremo a instancias del gobierno del PSOE y vuelta a legalizar por el Constitucional, tuvo un significado muy
especial la charla de Jone Goiricelaya –abogada, ex parlamentaria y dirigente de la izquierda abertzale y amiga de
Tià- sobre, más bien contra, la Ley de partidos. Jone aprovechó el viaje a
Girona para participar en una rueda de prensa de presentación de Iniciativa
Internacionalista en la que habló ámpliamente tanto de las perspectivas para
Euskal Herria como de los motivos para apoyar la candidatura. No me parece
arriesgado afirmar que un proyecto como este, de unidad sobre les coordenadas
de la clase obrera y los derechos nacionales de los pueblos, hubiera
ilusionado a Tià.

Como Lucha Internacionalista participamos en el Memorial mediante los
dos actos organizados bajo la firma de «colectivos de la izquierda anticapitalista
de Girona». El primero fue un cálido acto en la calle en el que intervinieron
personas que habían participado en campañas que Tià había asistido como
letrado, desde los independentistas del 92 encarcelados por Garzón hasta
el Comando Dixan, pasando por la Quema de Fotos del Rey o el movimiento
okupa. El actó contó con actuaciones musicales y acabó con un «pica-pica
antiespeculativo» en Can Kolmo, una casa recientemente okupada en el
centro de Girona.

El otro acto fue la presentación del libro «Rastros de Dixan», sobre los
pakistaníes detenidos bajo la Ley antiterrorista en el Raval de Barcelona,
acusados una vez más por la Audiencia Nacional de planificar fantasmagóricos
atentados, uno de los últimos casos en los que Tià trabajó. El libro, en el que
ha participado, entre otros, el abogado Benet Salellas, que ha seguido con
la defensa del caso, está dedicado a la memoria de Tià.