Finalizada la asamblea de más de 200 trabajadores que se reunía el pasado 28 de abril, entrevistamos a Ariel Paso, trabajador de Ratelco, representante de su csubcontrata.

LI: ¿Desde cuándo estáis en huelga y cuál es el objetivo de la lucha?

AP: Estamos en huelga estatal desde el 7 de abril aunque en Madrid ha comenzado el 28 de marzo. Poco a poco se han ido sumando las diferentes provincias que hoy la secundan y a día de hoy estamos con 30 provincias adheridas. El objetivo de la lucha es lograr unas condiciones de trabajo dignas e igualitarias para todo el sector de las telecomunicaciones que depende de Telefónica de España. Estas condiciones se han ido deteriorando con el tiempo a través de la subcontratación. En los últimos años, las grandes empresas, contratas de Telefónica, han diezmado considerablemente la plantilla de trabajadores propios para ofrecerles, a través de jugosas indemnizaciones, que trabajen para ellas mismas pero en condición de trabajadores autónomos. De esta manera no sólo evitan los gastos que conlleva mantener un trabajador, sino también que las plantillas puedan organizarse para velar por los derechos como trabajadores. El famoso dicho de «divide y triunfarás». Estos procedimientos han convertido esta actividad en una competencia desleal donde cada empresa pone el precio y las condiciones de trabajo de acuerdo a negociaciones individuales con cada trabajador, sin respetar ningún tipo de convenio, y basadas en un sistema de baremos que impone la multinacional sin dar opción al trabajador a poner precio a su trabajo. De ahí el término «falso autónomo».

Estos trabajadores, al mismo tiempo, y dadas las necesidades del mercado, se han visto obligados a formar empresas «subcontratadas» y a contratar más trabajadores ya casi bajo contratos verbales en los cuales se pasan por alto derechos fundamentales y medidas de prevención. Por eso se habla de condiciones «esclavistas», porque de aceptarlas pierdes todo derecho a réplica, y entras en un círculo muy difícil de salir ya que se basa en amenazas por parte de las empresas, que pueden ir desde no pagarte el último mes trabajado, no darte más trabajo o inhabilitarte para poder trabajar en otra empresa. Los puntos fundamentales que se reivindican en esta lucha son: Como primer punto y principal, igualar y regular las condiciones de todos los trabajadores, es decir, a igual trabajo igual remuneración, independientemente si el trabajador es contratado o subcontratado. Jornadas de 8 horas y no de 12, vacaciones pagadas, formación y herramientas a cargo de la empresa, no del trabajador, y sobre todo una remuneración básica acorde a las horas trabajadas y no a la productividad.

Esto conlleva al segundo punto en el cual Telefónica debe derogar el llamado «contrato de bucle» que es el causante de que el salario de un trabajador se convierta en una fórmula y no en una remuneración por una cierta cantidad de horas trabajadas, a tal punto de que es muy difícil determinar cuánto podría cobrar un trabajador y en algunos casos si va a cobrar o si, debido a las penalizaciones impuestas por Telefónica, quedará debiendo dinero a la empresa. Y por último una garantía de no represalia por la huelga, es decir, que ningún trabajador que haya secundado esta huelga resulte perjudicado en su puesto de trabajo ni mucho menos despedido del mismo, puesto que es una huelga legal, justa y proporcionada a las condiciones de trabajo a la que está sometido el colectivo.

LI: ¿Cómo estáis organizados a nivel de empresas: hay asambleas, habéis elegido un comité
de huelga? Y de ser así: ¿Cómo lo eligisteis?

AP: La organización parte del comité de huelga, con un delegado sindical de cada empresa, que es el encargado de aportar la información a los trabajadores de su contrata. Por otra parte, al estar tan dividido el sector, cada subcontrata tiene un representante que responde a sus trabajadores y a los trabajadores autónomos «aliados» quienes se acercan a estas mesas de negociación en busca de una representación. Y, por último, se forman grupos de trabajadores autónomos quienes designan un representante de cara al comité de huelga.

LI: Se habla de que es una lucha histórica porque es la primera vez que salen juntos técnicos, subcontratados y autónomos: ¿Cómo están coordinados a nivel de Catalunya y a nivel estatal?

AP: Por eso se habla de una «lucha histórica». Porque es la primera vez que un sector tan dividido, y en la que tanta cantidad de empresas (recuerda que cada trabajador es una empresa por sí mismo) se unen y se organizan en un objetivo común. Esto no ha ocurrido nunca y, tal vez, no vuelva a ocurrir. Por eso es que usamos la frase «ahora o nunca» ya que el desgaste que supone una lucha cuerpo a cuerpo contra una multinacional, sin el apoyo de los medios más importantes y casi sin medios económicos, es muy duro y es verdaderamente un acto de valentía y lucha por la dignidad que pocas veces se ha visto en la historia.

LI: Hace poco hubo otra huelga histórica, la de Panrico, donde había un comité de apoyo: ¿Existe alguna instancia que coordine el apoyo de las organizaciones? y ¿Cuál es la respuesta solidaria que están encontrando?

AP: Desconozco si existe un apoyo oficial de otros comités de huelga. Pero sí que es verdad que los compañeros de Panrico están apoyando desde el día uno, en cada asamblea y en cada manifestación y eso fortalece la lucha aún más. La respuesta solidaria es inmensa, no sólo por parte de organizaciones y de trabajadores de otro sector y del sector universitario, sino también (y esto es verdaderamente sorprendente) por parte de los mismos clientes afectados por la huelga. No hemos recibido quejas de nadie, sino todo lo contrario. A veces nos paran los clientes en las manifestaciones y nos dicen que llevan días sin Internet en casa y nos sueltan frases como «me da igual, ya tiro del móvil o del wifi del vecino, pero no aflojéis porque esta lucha es un ejemplo de lo que deberían hacer todos los trabajadores de cualquier multinacional».

LI: ¿Cuáles son las medidas que resolvisteis en la asamblea de hoy para seguir la lucha?

AP: Las medidas resueltas en la asamblea de hoy, han sido principalmente la unión y la información a los compañeros que tengan un mínimo de duda con abandonar la lucha. Se está llegando a un punto de no retorno en el cual, una desconvocatoria por goteo de la huelga y sin una negociación de por medio, supondría un caos en el sector ya que, además de estar dividido por todo lo expuesto, quedaría una herida abierta entre compañeros muy difícil de cerrar. Para evitar este problema es necesario reforzar una unidad e inclusive invitar a quienes no secundan la huelga, a unirse a la lucha porque estamos convencidos que, de no llegar a buen puerto, ellos también saldrían muy perjudicados.